"Calma"

"4"

Estar mal es una perdida de tiempo

Otro día, otra forma de sentirse, esta vez más rara que nunca.

Se sentía extraño, demasiado, pero no como el extraño de siempre si no, diferente.

Su mente había dejado de reprocharle su existencia y ahora estaba más callada que otras veces.

Se sentó en su cama, viendo fijamente las paredes, estudiando cada rincón de ellas como si en algún momento fueran a caer en un poso infinito y lo dejarán ahí, solo en medio de tanta oscuridad.

Observaba su textura, el color, las suaves marcas de golpes que accidentalmente solía dar hace tiempo, tiempo que ya había pasado, que lo había dejado.

Observo también el suelo, algunas de sus prendas dormían tiradas en él, su escritorio lleno de libros y papeles sin sentido con algunas plumas y tinteros a punto de derramarse, sus cofres no cerraban del todo bien y la poca iluminación hacía doler sus ojos.

— Tal vez debería limpiar un poco.

Movía cosas de allá para acá, ordenaba sus pociones, sus materiales, organizaba sus cofres y cuando terminó, abrió solo un poco sus cortinas, evitando que todo el brillo entrara de golpe y solo se pudiera apreciar lo mínimo, que, de alguna forma, iluminaba bastante.

Sus labios soltaron una pequeña risa, era extraño ver que esas cuatro paredes resultarán cómodas después de tanto tiempo.

A pesar de que siempre estuvo encerrado, se dio cuenta de lo lindas que eran.

Recostado en su cama después de "trabajar" tanto le hacía sentir, cosas.

Fue una buena forma de distraerse y mejoró su humor, se sentía más tranquilo y aliviado, sus días podían ser comunes y monótonos ahora, pero eran sus días.

Y durante esos días había comenzado a disfrutar un poco su existencia.