La Iglesia de Sarvente

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En continuación con el prólogo

-PERO QUE-?!- Te alejastes un poco de ella, ¡¿Te estaba incluyendo en su iglesia sin necesidad de preguntarte?!

-Hey tranquilo! Eres una buena persona, serás de gran ayuda- Dijo ella mientras se acercaba a ti feliz, porque por tu parte, no lo estabas

-E-estas loca?! Por supuesto que no entraré!- Dijistes algo alterado, no es que seas católico, es simplemente algo que no comprendías del todo

-Vamos, no seas así porfi!- Te sacudió fuertemente y repitiendo varias veces "por favor"

-Ok ok!! Tranquila!- La detienes y suspiras pesadamente... Realmente no querías, pero si ella era la única que te volvería a mandar a la ciudad, entonces no habria opción alguna -Entrare a tu iglesia-

Justo al escuchar eso, se emociona tanto que te sacude un poco más y grita un poco -Gracias enserio!-

-Ok, detente! Que vaya a ser tu compañero no significa que seas así... No que eras una diaconisa?- Actuaba casi como una joven insistente

-Oh cierto- Te ayuda a levantarte y te limpias un poco de la tierra -Claro que soy una diaconisa, solo que después de tiempo tengo a mi primer estudiante- Dice ella mientras ve a su iglesia, como si lo recordara de como ha pasado el tiempo

-Bien, vamos para alla- Comienzas a caminar en dirección a la iglesia, parece que ella vive sola aquí, sin nadie más... O eso pensastes tu

-Por cierto- Se pone a tu lado -Cual es tu nombre?-

-(T/n)-

-Que lindo nombre- Sonríe, a lo que tu solo le devuelves la sonrisa, pero luego sientes que alguien clavó su mirada en ti, a lo que volteas y no ves a nadie

-Que paso (T/n)?-

Desviastes la mirada y regresas a ver al norte -No es nada Sarvente...- Eso fue extraño realmente, incluso para ti

-Oh, está bien- Al llegar y abrir la puerta, entro primero ella y luego tu, viendo el interior todo reluciente y nuevo -Para estar tu sola, este lugar está bastante comodo-

-¿Tu crees?- Dice ella en forma de duda

-Claro, ni a las iglesias que yo entro están así como esta-

-Bueno... Gracias- Dice ella mientras se queda quieta y luego va a su cuarto, decidistes sentarte en una de las largas bancas para poder descansar un poco luego del día

Pasado un rato...

Mientras descansabas, escuchabas de lejos a Sarvente.... ¿Hablando con alguien? No parecía que estaba conversando... "Relajada", fuistes lentamente a escuchar la conversación, a lo que te apegas a la puerta con cuidado y escuchas la llamada a través de la puerta

Para que intentar ser un ángel si siempre lo fuiste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora