¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La rubia chica de bellos ojos azules temblaba de los nervios en su juicio, ¿Como había llegado ahí? Su torpe corazón había caído en garras del precoz estudiante menor de edad, las autoridades de la institución en la que trabajada se habían enterado y ahí estaba ella mirando al joven chico que había mentido con respecto a su edad.
—Luciana Carvajal, culpable.
Condenada a siete años de prisión, sería presa fácil en aquella cárcel no tenía duda de eso, ¿Como sobreviviría?
Sin siquiera notarlo ya estaba pasando la revisión, la obligaron a sacarse sus finas ropas.
—Date la vuelta, abre las piernas e inclínate hacia delante.—Ordenó la funcionaria.
El chillido de Luciana resonó al sentir los dedos de la mujer recorrer su feminidad, pronto esa pesadilla acabó para darle paso al verdadero infierno.
—¿Fecha de nacimiento?
—17 de julio de 1985.
—Veintitrés años. ¿Nacionalidad?
—Doble. Española y Rusa.—Murmuró.
—¿Número de emergencia?
—Ninguno.—Negó, sabia que sus padres no querían ni verla en ese momento.
Finalmente, recibió el amarillo uniforme de la institución y caminó por los pasillos de la prisión recibiendo malas miradas de las reclusas del lugar.
—En Cruz del Sur, el día comienza a las 7 de la mañana, así que cuando mañana oigas la sirena tendrás 15 minutos para vestirte, hacer la cama y formar para el recuento la matutino. Después comienza el desayuno y los talleres de trabajo, el cual te lo asignarán y te informarán más tarde, ¿Entendido?
Luciana asintió sin muchas ganas.
—Para el modulo dos.—Habló la funcionaria a dos guardias
Había escaleras amarillas y por donde mirabas habían celdas llenas de reclusas, quiénes gritaban como locas seguro que pensaban en la belleza de Luciana quien temió por su vida, sabia que al ser débil era más que seguro que la harían puta de alguien.
Como si llevara grilletes, arrastró sus pies hasta su celda con tanto temor que momentáneamente pensó en lanzarse del último piso de la institución, pero ya no había vuelta atrás.
