Cap 1

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Era un día como cualquiera, yo estaba en casa alistandome para salir al trabajo en el que odio estar ya que mi jefe me odia, y si me lo preguntan es un sentimiento mutuo, pero no tengo de otra ya que no tengo mucha experiencia y nadie quiere contratarme así que me tengo que aguantar todo y agachar la cabeza, ya en el trabajo hago la misma rutina de siempre. Ya les dije que trabajo en un restaurante que queda a las afueras de la ciudad? Bueno creo que no. Trabajo en un restaurante a las afueras de la ciudad, y es por eso que nadie más quería el empleo, ya que esta en un lugar en donde vienen muy pocos.

Y prácticamente es solitario, y en todo el día muy pocos son los clientes, pero eso no impide que mi jefe me haga la vida de cuadritos siempre esta diciéndome que haga algo y a la vez que hago más como si yo no fuera una y fuera dos, esta completamente loco, pero aun así tengo que partirme para poder mantener mi empleo. Ya estaba por terminar mi turno así que ya me iba a alistar para retirarme pero antes de irme la campanita de la puerta suena y maldigo mentalmente, con mi mejor cara me doy la vuelta para ir a atender a las personas que acaban de entrar,pero al alzar la vista hacia adelante me encuentro con la mirada de un chico muy guapo que me mira con atención y no es hasta que mi jefe me grita que tengo que ir a atender o me despide que logró salir del estado en shock en el que me encuentro, y con toda la vergüenza que siento ahora y seguramente la cara toda roja reúno fuerzas y me dirijo hacia la mesa para atender a aquel chico que ahora viendo bien noto que no esta sólo, y eso lo único que provoca es que me ponga más roja como si pudiera, creo que mi cara explotará en cualquier momento, cuando llegó les doy la bienvenida y les digo el menú del día, todo con la cabeza gacha ya que no puedo verle a la cara a ninguno por la vergüenza que traigo encima, cuando termino agarro y vuelvo a la cocina para dejar la orden, y entonces en ese momento llega el chico que me reemplazará y eso indica que mi turno terminó, feliz y triste, voy a los camerinos para cambiarme y alistar mis cosas, feliz de no tener que enfrentarlos otra vez y triste de no poder verlo de nuevo, una vez terminado de alistar mis cosas salgo y me dirijo hacia la puerta trasera, ya que el jefe dice que la puerta principal es solo para clientes, en fin, cuando salgo me encuentro con la persona que menos esperaba encontrar.

- Hola- y eso es todo lo que se me ocurre decir.

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