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El pequeño amo, Kim Namjoon, llegó a la mansión de los Kim cuando tenía cuatro años.

La tranquila vida que tenía con su madre desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Y para alguien tan pequeñito el cambio fue brutal. De la noche a la mañana dejaron el único lugar que siempre conoció como su casa para ir a una enorme y aterradora mansión. El alfa Kim no les permitió llevarse absolutamente nada de su antigua vida, ni siquiera su peluche favorito y su cobija.

—Vas a tener cosas más bonitas, cariño.—Su madre lo cargo y lo subió a un lujoso auto negro manejado personalmente por Kim Dongi.

Su antiguo hogar fue quedando atrás. El pequeño Namjoonie ondeó un silencioso adiós a su casa. Y sin saberlo, a una vida a la que jamás iba a volver.

Los primeros recuerdos de la mansión Kim que Namjoon conservaba eran vagos, lo único claro en su mente era la enorme reja dorada que se abrió para ellos revelando una enorme casa que parecía no tener fin. Al llegar  todos los empleados esperaban en la entrada para darles la bienvenida y ser presentados a la nueva Omega Kim y al joven amo.

El Alfa Kim sostuvo la puerta del auto y ayudó a su madre a bajar.

—Yannie, Namjoon, quiero presentarles a Sunying.—El alfa Kim señaló a un alfa de unos cuarenta o cincuenta años que estaba al frente de todos los empleados.—Sunying a sido parte de la familia desde mucho antes de mi nacimiento. A servido a mis padres y ahora a mí. Pueden contar con él con plena confianza.

Sunying hizo una reverencia. Y nada sabía el viejo alfa que ese era uno de los momentos impactantes de la familia. El momento en el que conocía al primero de los revoltosos cachorros Kim, que en el futuro, cuidaría como a sus propios hijos.

—Bienvenidos, estoy a las órdenes de la Señora y el pequeño amo.

El Alfa Kim sostuvo la mano de su omega todo el tiempo y les dió un recorrido por la casa. En cada esquina había un empleado limpiando los ventanales, quitando el polvo inexistente o aspirando las alfombras. El olor a limpio predominaba en la casa.

—Y esta será la habitación de Namjoon.—Dongi abrió la puerta de una enorme recámara que era más grande que su antigua casa. En el centro contaba con una cama gigante, juguetes y muchas cajas de ropa nueva y zapatos. El alfa se acercó a Namjoon para acariciar su cabeza—Bienvenido a casa, pequeño.

Namjoon, quien era un cachorro tímido, se escondió en el hombro de su madre para alejarse del Alfa.

—Estoy segura de que se sentirá menos tímido una vez que se acostumbre a este lugar.

—Yo no le agrado, Yannie.—La voz del alfa sonaba tan llena de decepción.—Y el que te haya marcado parece agradarle menos. No me quiere cerca, mis feromonas lo incomodan.

—¿Crees que eso significa que será un alfa?

—No tomes esto a la ligera.

—Es su primer día aquí y a su entender le has robado a su madre, no esperes que esté encantado contigo.—Yannie suspiro.—Voy a dormir con él esta noche, o al menos, hasta que se acostumbre.

Dongi no se sorprendió ante la repentina declaración. Era el primer día de la omega aquí y ya estaba escapando de él.

—No me evites, Kim Yannie.

—¿Piensas que me estoy escudando en mi hijo?

—La verdad nunca sé que es lo que piensas.

La incómoda conversación fue interrumpida por Sunying, quien llegó junto a una omega entrada en años. La mujer vestida como educadora, tenía un aspecto gentil pero profesional.

Orgulloso, Apuesto y Poderoso||•NAMJIN (3° Trilogia de los Herederos Kim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora