Este Día

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Kody luego del término de sus clases con una cara de enojo y frustración fue directo a encerrarse a su cuarto.

Se deslizó de a poco por la puerta hasta sentarse en el suelo y abrazar sus piernas.

No quiso hablar con nadie, ni con su padre, ni con Sherry y mucho menos con Lumine, a pesar de que este último le insistió por todo el camino que dijera algo.

Ese no había sido un buen día, rara vez lo era, y sin embargo el hecho de que su "guardaespaldas" lo encontrara tirado en el piso mientras era pateado no lo hacía sentir mejor.

Si tan solo el lobo lo hubiera ignorado como todos y le hubiera dejado tirado hasta que él por su cuenta pudiera levantarse se sentiría mejor.

No le gustaba la sensación que le invadía, ya se había acostumbrado a que todos le pasaran de largo, pero ahora... Lumine lo defendió y le ayudó.

Se sintió conmovido por un momento, hasta que recordó que ese era el trabajo del peliblanco, el sentimiento cálido en su pecho fue remplazado al instante por un profundo sentimiento de ser utilizado.

...

Lumine del otro lado de la puerta recargado en la suave madera escuchaba con preocupación los sollozos de Kody.