Jack: Tengo una mente cosmopolita; quisiera viajar por todo el mundo y conocer de pasadita a una chica ecuánime.
Mamá: ―(en voz alta desde la cocina) Hijo, vamos al mandado, que no hay nada en la alacena y luego pa' que quieres.
Jack: Esta división de mi mundo completo a la realidad; quisiera que fuera uno solo... (Voltea al techo) ―Hay voy madre (Se pone ropa para salir y después baja con su madre).
Mamá: ―No te veo la cara (Toma una liga y le recoge el cabello).
Jack: ―Madre, quisiera viajar por todo el mundo (Van en el carro).
Mamá: ―¡A ver, a ver... y qué va a pasar conmigo¡
Jack: ―Mmm... Pues seguiremos viéndonos. Es que quiero ser parte del mundo.
(La madre de modo serio recorre los pasillos del súper con el carrito)
Jack: ―(Se queda atónito al ver a una muchacha) Mira, madre, la chica esa (Le señala a la muchacha con la mirada).
Mamá: ―¡Sí, ya la vi, muy bonita!; ve a saludarla.
Jack: ―(Nervioso) Pero... pero...
Mamá: ―Pero nada; qué me estabas diciendo ahorita...
Jack: ―(Se acerca a la muchacha) Hola...
Muchacha: ―¡Hola, joven! ¡Qué pasa!
Jack: ―Integración...
Muchacha: ―(Sonríe) Pues aquí hay un café llamado La Cueva (Mirándolo fijamente).
Jack: ―(Nervioso) Tu cabello; sol; sorprendente...
Muchacha: ―Mmm... No entiendo bien lo que dices... ¡Pero nos vemos aquí a las siete!
(Jack le responde sí haciéndose cómplice de la traducción de la muchacha. Después se va con su madre)
Mamá: ―Ooo... Por lo visto tengo un poeta en casa; y no cualquier poeta, sino uno con resiliencia.