De vuelta a Clases.

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En febrero como todo hombre civilizado del  mundo capitalista en que vivimos,  pensaba en lo que me quedaba de vacaciones y todo lo que hice en ellas, y llegué a la conclusión de que todo fue una basura, que forma más hábil de perder mi tiempo me dije a mí mismo, de hecho hablar conmigo mismo es una cualidad que tengo. Recuerdo una vez que viajaba por el tren en dirección a la universidad y  me pregunta por qué las personas se desesperan cuando deben bajarse y además  se les nota que son capaces de matar a quien obstruye su camino. Un día una señora, muy enana por cierto, quería bajarse y la estación estaba llenísima, para que hablar del tren, este fenómeno pequeño caía por todos los huecos que habían entre la gente, se deslizaba fácilmente entre la multitud, eso es un don, me decía en mi cabeza, luego sentí una envidia hacia ese espécimen con un don en particular, tanto que me dieron ganas de cortarle los pies. Siguiendo con el diálogo que tenía en febrero conmigo mismo, la basura que había hecho era más que la basura que venía en marzo, ir como parte de la manada todos los días hacia la universidad hacía que la basura que hice en el verano no fuera tan basura, pero al fin y al cabo todos vivimos en un basural.

     Me quedaban tres tristes días de vacaciones y mi madre, Andrea por cierto, se quejaba todo el día, buscaba algún fundamento para criticarme a mí, a Fernanda el demonio de mi hermana y a mi padre Gustavo, quién se ríe de ella cada vez que se pone así. Es insoportable que estemos todos en la casa, nos vemos todos los días, no hay día que se salve de alguna riña, todo eso me hace desesperarme por entrar luego a la universidad, pero ya es mucha habladuría dentro de mi cabeza, mejor me voy a dormir que mañana debo matricularme, pero antes debo hacerle la última pregunta a mi fiel compañero, mi cabeza, conciencia mía ¿Por qué rayos hay que matricularse todos los años?, estúpido mundo capitalista, buenas noches.

    Hoy sábado fui temprano a matricularme, y no me convence porqué debe ser un sábado, la universidad quiere siempre hincharnos las pelotas desde el día uno, pero bueno me sirvió para huir un pequeño rato de mi casa. Llegué a las diez en punto y para variar, había una fila enorme, cerré los ojos,  respiré y me resigne, me dije "puedes hacerlo", y me quedé como idiota con los demás idiotas en la fila. Cuando llegó el momento de pagar, bueno cada vez que lo hago siento que me están robando pero no me queda otra, le pasé el papelerío y el dinero a quien atendía, también era estudiante y todos los que atendían también, es como su pituto final de verano. A él se le notaba que era afeminado, y me caen muy bien los  afeminados porque son como mujeres pero que puedes golpear. Terminé todo el papeleo y tenía que sacarme la foto para la credencial, otra fila, en ese momento ya habían tambores en mi cabeza anunciando que los mataría a todos, pero no fue así llegue a la fila como un futuro obrero más. Me tomaron la foto, que ni siquiera la vi porque estaba pendiente de la colorina que estaba al lado mío, y creo que se percató que la veía porque frotaba sus manos por debajo de la mesa anunciando incomodidad, pero a mí me daba lo mismo, era preciosa. Una vez lista toda la basura que tuve que hacer me dirigí hacia mi casa a dormir las horas que me robó la universidad en la mañana. Me fui en tren y no en bus, solo para ver las cualidades que tenía cada persona para bajarse, pero solo encontré especímenes pequeños como aquella señora que tenía ganas de cortarle los pies. Llegué a mi casa y me tiré a mi cama y casi se rompe, pero valió la pena, dormí hasta el fin de los tiempos.

     Desperté muy tarde, ya era de noche, sentí por primera vez que aproveché el tiempo, pensé que no tenía ningún sentido levantarme, así que conversé con mi "yo" toda la noche. Pensaba que ya me quedaba un día para entrar y en todo lo que debía hacer luego durante todo el año, me estaba estresando antes de que todo pasara, en realidad  siempre estoy estresado, pero de cierta forma amo los números y por algo voy a la universidad, así que me propuse calentar la mente mañana y hacer una diversidad de ecuaciones y problemas que la mayoría no puede hacer, me encanta hacer cosas que la gente no puede hacer, mañana seré una basura que estudiará basurearías.

Introspección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora