𝕆𝕔𝕙𝕠 𝕟𝕦́𝕞𝕖𝕣𝕠𝕤-𝕋𝕙𝕖 𝕌𝕞𝕓𝕣𝕖𝕝𝕝𝕒 𝔸𝕔𝕒𝕕𝕖𝕞𝕪(𝕦𝕟𝕠 𝕪 𝕥/𝕟)

◍ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕦𝕟𝕠

~ Arreglaron todo el papeleo pertinente y nos marchamos para llegar a una enorme casa perteneciente a mi padre adoptivo. Antes de salir y conocer a mi nueva familia el señor Hargreeves me recordó lo que no debía contar a nadie y también que podía hacer una demostración de mis habilidades, por lo que activé mi don, salimos del vehículo y luego me presentó ante todos los demás. ~

•Sir Reginal Hargreeves:
- Esta es su nueva hermana, número cero. - Todos saludaron. -

•Número uno:
- Encantado cero, soy… - Interrumpí al chico rubio. -

•Número cero:
- Eres número uno, Luther y tienes super fuerza. - Se quedó bastante sorprendido. - Él es Diego, o dos y puede decidir la trayectoria de todo lo que lance, que suelen ser cuchillos. - Señalé a otro chico alto y luego a una chica. - Ella es Allison, número tres, con el rumor puede controlar a cualquiera, él es cuatro o Klaus y ve e invoca a muertos. - Parecían muy impactados porque lo supiese. - Él número cinco, viaja entre el espacio-tiempo, Ben o número seis saca monstruos de su abdomen y Vanya o número siete… - Me detuve ya que ella no sabía nada sobre sus poderes así que improvisé. - toca muy bien el violín. - Sonreí ante los rostros boquiabiertos de todos. -

•Sir Reginal Hargreeves:
- Número cero lee la mente, por eso sabe tanto de vosotros. - Me miró. - Ya puedes parar. - Desactivé mi don, estaba algo mareada. - Grace acompaña a número cero a su cuarto. - Se marchó junto a Pogo. -

~ Grace me acompañó arriba y me mostró mi ropa, cuarto de baño y las cosas que había comprado para adornar mi habitación, como una bonita lámpara de lava azul, un edredón de mariposas, un espejo y un almohadón circular. Tras preguntarme si necesitaba algo más se marchó, justo entonces todos mis hermanos comenzaron a llegar y rodearme con curiosidad. ~

•Número tres:
- Hola cero, bienvenida. - Sonreí. -

•Número cero:
- Muchas gracias, por cierto mi nombre es t/n. - Ben se acercó. -

•Número seis:
- Queríamos preguntarte… bueno… emm… -

•Número cinco:
- ¿Has leído algo más en nuestras mentes? - Todos estaban preocupados, se les notaba en la mirada, no hacía falta ni leerles la mente. -

•Número tres:
- Hola cero, bienvenida. - Sonreí. -

•Número cero:
- Muchas gracias, por cierto mi nombre es t/n. - Ben se acercó. -

•Número seis:
- Queríamos preguntarte… bueno… emm… -

•Número cinco:
- ¿Has leído algo más en nuestras mentes? - Todos estaban preocupados, se les notaba en la mirada, no hacía falta ni leerles la mente. -

•Número cero:
- ¿Por qué? ¿Tienes miedo de algo número cinco? - Luego les solté una mirada tranquilizadora. - No os preocupéis, no he visto nada más. Y aunque lo vea no contaré nada, lo prometo. - Soltaron un suspiro de alivio.-

•Número cuatro:
- Bueno todo solucionado, ahora ¿qué tal si le hacemos una fiesta de bienvenida a t/n? - Estaba muy animado. - Luther, ve y pídele permiso a papá. -

•Número uno:
- ¿Por qué yo? - Lo dijo algo alterado. -

•Número cuatro:
- Porque eres su favorito. - Se burlaba un poco. - Vamos Luther. -

•Número cero:
- Te puedo acompañar si quieres. - Todos voltearon a verme. -

•Número uno:
- De acuerdo. - Suspiró. - En seguida volvemos. - Comenzó a marcharse y le seguí agitando mi mano en forma de despedida. -

•Número cero:
- Oye Luther, ¿puedo llamarte así? - Me miró de reojo. - ¿Cuál es tu comida favorita? ¿Y tu juego favorito? Aquí jugais todos juntos ¿verdad? - Se detuvo de pronto. -

•Número uno:
- Escúchame¿sí? - Asentí levantando mi cabeza para mirarle a los ojos, él era mucho más alto que yo. - Vamos a ir al despacho de papá en silencio, cuando lleguemos yo hablaré y al volver con los demás seguirás callada ¿vale? -

~ Ni siquiera respondí, solo bajé las escaleras silenciosamente. Aquello me recordaba algunos malos momentos, nada había cambiado, nadie quería hablar conmigo como siempre había pasado. No sé porqué pensé que podía ser diferente, aquí también soy la niña rara.
Llegamos al despacho del señor Hargreeves quien nos dio permiso para la celebración siempre que no hiciésemos mucho ruido, al subir y contárselo a los demás se emocionaron mucho, yo seguía sin hablar evitando molestar, y así pasé todo el día hasta que después de la cena número cuatro vino a buscarme para que bajase a la entrada con él.
Allí estaban mis nuevos compañeros sentados en sillones mientras reían, Klaus y yo nos sentamos juntos y él propuso un juego. ~