Prólogo.

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"Tienes un encanto peligroso... De esos que ni una alta sensatez puede vencer"

Eran ya las 8 de la noche, la joven ciudad de Seúl se vestía de la luz lunar. Las personas que pasaban de un lado a otro sin siquiera fijarse en quien tropezaban.

Ciertamente no le importaba.

La joven rubia no le importaba esa mujer que lloraba escuchando su celular o aquel hombre que, rojo de ira, tiraba su celular a la fuente de la plaza. La joven solo los miraba, esperando cualquier mirada o solo un suspiro para mandarlos a matar.

Son Chaeyoung era así, errática para las personas que no le hacían caso o no le agradaban. Felizmente, para los miserables, la joven solo tenía algo en mente.

Sus zapatos bien lustrados y brillosos comenzaron a moverse por medio de la gente. Era seguida de 4 hombres, bien vestidos y con una mirada asesina. Chaeyoung sólo sonrió y miró el teatro a metros de ella. Los hombres a sus costados tan sólo avanzaron y se pararon al costado de la puerta.

— Tranquilos, muchachos.— Susurró Son, quién sólo miró la ventana y tiró de una patada la puerta.— Estamos aquí por la invitación de Kim Dahyun y también para ese... "Trabajo" que quiero que hagan.— Los hombres tan solo asintieron.

— Como diga, señorita Son.

Chaeyoung asintió y pasó mirando con frialdad a cualquiera que se le pasara. Las personas normales solo la miraban con miedo y respeto, nadie se atrevía a pronunciar un siseo.

El local era amplio y rojizo tinto, digno de un teatro antiguo. Sus paredes y pisos olían a mármol, un olor agradable en la nariz de Son. Estaba por seguir oliendo cuando Dahyun le tocó el hombro.

— Vaya... Pensé que no ibas a venir.—Kim pasó por el lado derecho de Son y sonrió.— Yo andaba pensando en llamarte.

—Sabes que nunca faltaría a una función de Sharon Myoui, preferiría cortarme una pierna antes de falta aquí.— Dahyun se rió y empujó con un codo a la joven Son.— ¿Tienes de lo que quiero?

— Ve a mi auto, hay como 10 paquetes de tu hierba.— La joven Kim salió casi corriendo al auto de Son, la joven rubia solo rodó los ojos y siguió su camino hasta el escenario.

Varias personas de mayor edad y ricachones con amantes esperaban al espectáculo. Todos reían joviales y algunos brindaban por una nueva vida llena de lujos. Chaeyoung no tenía esa visión, si ella quería podría simplemente mandar a que le traigan algo que quiere y ya.

La mafia Son había persistido desde siempre, su padre le había instruido en todo lo necesario para los delitos bien remunerado mientras su madre sólo la cría a y cuidaba de ella.

En fin, Chaeyoung sólo necesitaba algo y ese algo era Sharon Myoui. Los ojos de la mafiosa estaban puestos en la bailarina desde que la vio bailar con un traje negro pegado a su fino cuerpo y unos brazaletes de plata baratos.

Chaeyoung la iba a tener como su amante y esposa, esa noche iba a cometer un crimen pasional.

Literalmente la joven había averiguado todo de Myoui. Su casa, sus padres, su nombre e incluso su ficha de salud estaban en manos de Son.

Finalmente el telón se abrió, muchas personas se callaron y decidieron mirar a la joven Sharon con expectativa. Son se sentó en una mesa central con los ojos iluminado al ver a su mujer.

Los movimientos de la joven hicieron que el corazón de Chaeyoung se sacudiera. La mano de la joven bailarina se movía al compás de la música y sus caderas que, con una velocidad lenta, se movían formando un trazo que muchas personas podían creer que veían.

No por algo Mina era la mejor bailarina que haya existido en Corea. Siempre la llamaban a este tipo de clubes por su talento en el baile.

La mafiosa rubia no se dio cuenta cuando todo acabó. Mina salió dando un beso al público que la llenaba de aplausos y gritos. Chaeyoung sonrió y levantó la vista hacia uno de sus hombres que estaba en las sombras del local. Chaeyoung asintió y el hombre solo desapareció directo a los camerinos del lugar.

Dicen que un guardia vio a Chaeyoung alejarse muy sospechosa pero un cuchillo en tu espalda es más fuerte que la justicia.

La joven Son se revolvió nerviosa en su sitio al llegar al camerino. Ella no había tenido miedo ni nervios toda su vida ¡Que demonios!

— Buenas noches, Sharon.- Mina volteo con una cara de sorpresa genuina, trató de tomar sus cosas pero el hombre de seguridad fue más rápido y se la arrebató.— No puedo creer que me trates así, Sharon... Me duele mucho cariño...

— N-No se quien eres... Y no me digas cariño.- Mina se acercó enojada a la joven Son que solo soltó una risa.— ¿De qué te ríes idiota?

—¡Ay¡¡Mi futura esposa me dijo idiota! ¡Que mala eres, bebé!.- Chaeyoung tomó la mano de su bailarina y la besó.— Soy Son Chaeyoung y tú ahora eres mi novia...

— ¡¿Qué?!

— Qué serás mi novia aunque si quieres podemos pasar a ser esposas de una vez por todas, amor.- Chaeyoung sujetó la cintura de su chica con fuerza mientras miraba los tenues ojos de Sharon.— Mientras más rápido, mejor.

— ¡¿Qué rayos dices?! ¡Ni siquiera te conozco, niña!.- Mina iba a salir volando de ahí pero el guardia solo se paró en la puerta con firmeza.

— No creo que eso sea posible cariño... Tienes que decidir entre irte conmigo o... Bueno que yo te lleve conmigo.- La joven bailarina retrocedió al ver el rostro de esa rara chica acercarse al suyo.- Venga... No es tan difícil de decidir, amor.

— Tch ¿Acaso crees que con esto seré sumisa? Mierda, niña, no sabes con quien te metes. No dejaré que me toques ni un puto cabello.— Mina sonrió con burla, pero se desvaneció cuando vio la risa de la joven aparecer.

— Eso es mejor... Me encanta tu jodido carácter, Myoui.— Mina la miró extrañada pero ahora tenía que decidir. Sabía que entrar a un teatro lleno de crimen organizado no era una buena idea.

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2023 ⏰

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Dancing For The Sweet Blood. A MiChaeng Fanfic. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora