De leones y doncellas (ShakaxAioria)

El león y las tonterías

¡Hola, hola!

Es una historia muy cortita pero relatada con mucho amor a la que es mi pareja favorita.

Gracias por el apoyo a quienes decidan leer: comentarios y votos ayudan muchísimo, especialmente al estado de ánimo de la autora que viene de momentos un poco turbulentos :)

Dedicado a todas aquellas personas que aman esta pareja 🖤 especialmente a YuriNiiku que tiene un fic hermoso que me tiene enamorada.

Pd: no sé a quién dar crédito por las imágenes porque fueron encontradas en internet y guardadas hace tiempo, pero si conocen a quien las hizo porfa me avisan para darle el crédito correspondiente.

Mia ♥

Bebes tu café en silencio y me sonríes, a fuerza de mil dientes tímidos, con unos labios torcidos que alcanzo en un beso torpe antes de coger tu mano pálida para jugar con tus dedos en un gesto que ambos conocemos bien: quiero redibujar con la boca tu espalda diáfana mientras susurras palabras inentendibles desde la lejanía, solo para trazar un camino a través de tus lunares.

Sí.

El camino a una felicidad que se resume en dibujar tu columna y mecerme al ritmo de tu respiración calma.

Me miras, aún sin decir nada, jugando con tu taza.

"¿En qué piensas, Aioria?" preguntas. Sonrío. Otra sonrisa torcida me responde del otro lado de tu rostro y te acercas despacio, para poder sacudirme en un beso nuevo y eléctrico, que despierta mi cuerpo para corresponderte rápidamente.

"En ti, en nosotros." contesto yo. Nos escondemos porque los vecinos de la quinta y la sexta casa deberían entrenar y no precisamente de la forma que lo hacemos; entre las sábanas, a oscuras, por la noche, acallando las voces del placer para fingir que no sientes lo que sientes.

"¿Y qué piensas exactamente?" disparas, aunque sabes lo que diré. Me conoces y lo sabes, solo necesitas que lo reafirme, como cada día, desde hace cuatro años.

"En lo mucho que te amo y lo mucho me gustaría acostarme contigo." Replico riendo, pero me callas con otro beso rápido. Es de día y alguien podría vernos. Quiero que me desnudes, pero no sucederá pronto. Una risa poco estridente escapa masticada entre tus dientes.

"Esta noche... ¿en Virgo o Leo?" preguntas curioso. El escenario no importa, lo que importa son tus lunares y el camino que dibujaré en ellos antes de sentir tu piel colisionando con la mía.

"Donde tú quieras." atino a contestar pero mi cuerpo, que no sabe de relojes, contesta endureciendo mi entrepierna que ya intuye tu cercanía.

La tocas, con suavidad. Tus manos buscan ciegas la tela y el contacto del calor de tus dedos endurece aún más un cuerpo que aún no sabe que no logrará saciarse en lo sucesivo.

"Te esperaré en mi templo. ¿Serás puntual?" ríes, sabiendo que llegaré tarde otra vez, como siempre. Mi cadera te busca de forma primitiva, afiebrada. Vuelves a besarme, esta vez para detenerte en la profundidad de mi boca.

"Siempre soy puntual" miento, pero la urgencia de mi deseo me asegura que allí estaremos. Lo prometo en un susurro antes de perderme nuevamente en tu cuello y estirar una mano exploradora bajo tu ropa para sentirte cerca.

Encuentro rápidamente lo que busco, lo acaricio en un vaivén rítmico que sube y baja suavemente para acariciar la delicada piel de la zona que aún no está húmeda. Ya se encargará mi boca de la tarea, en un instante, por mil instantes.

***

-¿Aioria? Estoy hablándote. ¿En qué piensas? -vuelves a preguntar, enarcando una ceja. Tus palabras, austeras y secas, me arrastran de aquel ensueño. Toso algo torpe y acomodo mis piernas para que no notes aquella erección dedicada a la imagen de cómo imagino tu cuerpo desnudo y una vida a tu lado.

-Nada, tonterías. -respondo rápidamente. Aún aguardamos a los demás. Me pregunto qué tan rápido huirías si supieras que me enamoré perdidamente de ti. Quizás me des tiempo a terminar la frase, solo por cortesía.

Vuelvo al café y la erección pulsátil desaparece, arrastrando con ella todo el rastro del sueño de un amor correspondido.