¡No te enamores de mi hermano pequeño!

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—¡Nos vemos mañana! — El adolescente casi grito, luego de veinte minutos caminando junto a sus amigos, él era el primero en llegar a casa, luego Kawahara y finalmente Fukuda, quienes agradecían que fuese de esa manera, porque su amigo era de esos tipos un poco ingenuos y amables que seguramente seguiría a alguien si esta persona le pidió ayuda sin saber si eran malas o buenas personas o aceptaría los dulces de las personas extrañas; sus amigos se rieron y alzaron su mano para despedirse del castaño, quien no entro a su casa hasta que ya no pudo ver más las figuras de sus amigos, con una sonrisa dibujada en sus labios y su mano agitándose vigorosamente, mientras irradiaba un brillo casi celestial.


Incluso si el hermano mayor de su mejor amigo nunca los advirtió de cuidar bien de su hermano pequeño, Fukuda y Kawahara lo habrían hecho sin la amenaza de una muerte aún más dolorosa que la muerte por mil cortes.


Qué sabrían ellos, que el peligro espera a su amigo en casa y fue su propio hermano mayor quien lo dejo entrar.


—¡Estoy en casa Kouta-nii! — El castaño dijo, aun no sabiendo si su hermano mayor estaba en casa, ya que últimamente la universidad estaba tomando cada minuto de su tiempo y sueño, con un suspiro de resignación cuando no escucho a su hermano responde su saludo, negó suavemente, preocupado, esperando que su hermano mayor este comiendo apropiadamente y descansando, aunque sea por periodos cortos de tiempo. Sus padres y él, estaban muy preocupados por Kouta.


Cuando quiso agacharse para quitarse los zapatos, una sombra se colocó sobre él. Rápidamente volvió su mirada hacia arriba, su sonrisa casi se borró cuando no vio la mirada cálida y cariñosa de su hermano mayor, en su lugar se topó con una mirada escarlata, imponente, que casi lo hace temblar por la forma en que su penetrante mirada examina cada centímetro de su ser, de su alma y expone hasta el más íntimo de sus pensamientos.


—Bienvenido. — El extraño dice y su voz resuena en su mente, deseando poder grabas el sonido de su voz, fuerte y varonil, que combina perfectamente con su imagen pulcra y hermosa. Luego de un momento en donde el extraño de cabello rojo examino a su tembloroso ser, hablo de nuevo— Tú debes ser Furihata Kouki-kun, ¿El hermano pequeño de Kouta?


Furihata no dice nada, porque su pequeña voz muere en el segundo que quiere abrir sus labios y preguntar:


1 —¿Quién es?


2 —¿Por qué está en su casa?


3 —Es su casa, ¿verdad? No se equivocó de nuevo, ¿verdad?


4 —¿Conoce a Kouta? ¿Son amigos?


Sin embargo, se muerde los labios con nerviosismo y asiente, bajando la mirada hacia el piso, notando que ese pequeño raspón cerca del pie de ese extraño es familiar.


—¡Kouki!— Los pasos de su hermano se escucharon por el pasillos, rápidos y casi descuidados, Kouta estaba corriendo y antes de que pudiese decir algo, un fuerte ruido lo hizo saltar en su lugar y cerrar sus ojos fuertemente, resignado, preocupado, pero sin poder evitar una pequeña sonrisa nerviosa.


El extraño, por otra parte, se río abiertamente de la desgracia de su hermano mayor.


Me gusta tu hermano |AkaFuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora