Esta es la historia de Max. Él era un chico muy reservado, el simple hecho de acercarse a la gente le generaba pánico. En su escuela todos sus compañeros pensaban que era raro y se preguntaban porque siempre estaba alejado de todos y se encontraban realmente intrigados ante a qué o quién le producía los múltiples golpes y moretones con los que se presentaba a las clases, él estaba golpeado y decaído. Su única amiga era Laura, su hermanita menor, quien era la única persona con la que se juntaba en los recreos.
A los directivos les parecía verdaderamente extraño el aspecto con el que el niño se presentaba a la institución y el como sus calificaciones iban en decadencia, por lo que decidieron llamar a su padre, su único adulto responsable para ver que tal le parecía la idea de que asista al psicólogo escolar para ver qué le ocurría. El padre protestó ante la sugerencia de la directora, diciendo que su hijo no estaba loco, por lo que no había razón lógica para llevarlo al psicólogo. Los directivos insistieron un poco más hasta que el padre finalmente cedió.
Al finalizar el día escolar, Max volvió a su casa con Laura. Al llegar, su padre se acercó a ellos, su hermana siguió su camino tranquilamente, en cambio Max estaba realmente asustado, no quería que su padre lo volviera a golpear, esta vez él no había hecho nada malo, al menos no sabía que había hecho. Su padre comenzó a gritar, pidiéndole explicaciones de porqué lo llamaron de la escuela y que si les había dicho algo, estaría en muchos problemas. Él casi llorando le dijo que no sabía nada, que no tenía idea de porque lo llamaron y se fue lo más rápido posible a donde se encontraba su hermanita, ella por su lado, le pegó una cachetada y le dijo, casi gritando
-No llores, pareces estupido, ni siquiera te dijo algo tan malo, además, eres un hombre, no puedes llorar-. Él encogió sus hombros en gesto de desacuerdo, Laura no le dio más importancia y siguió con lo suyo.
Un par de semanas después el padre lleva finalmente a su hijo con un psicólogo. Al principio, al niño, le costaba desenvolverse con él pero poco a poco lo fue logrando, ofreciéndole casi toda su confianza al mismo. Le contó los abusos que recibía por parte de su padre a diario, también sobre los "juegos" que jugaba con su hermana y él creía eran inocentes, cuando en realidad no era así, tras un par de sesiones se dio cuenta de la forma en la que su hermanita discretamente lograba manipularlo, maltratarlo y abusar de él. Max todo este tiempo pensó que solo era un juego, su hermana siempre le dijo que lo era, incluso cuando intentó ahogarlo, que según ella solo era un chiste y que no tenía por qué sentirse mal. Allí el niño finalmente se dio cuenta de todas las conductas tóxicas que tenía su familia. Su psicólogo logró hacerlo salir de su burbuja "perfecta". Aunque Max aún no estaba preparado para darse cuenta de ello y poder afrontarlo, esa fue demasiada información para él. Después de descubrir todo eso, cada que volvía a su casa después de sus sesiones llegaba muy agobiado y pensativo. Hasta que uno de esos días no aguanto más más estos sentimientos y pensamientos, provocando que el mismo no lograra pasar de esa noche. Al día siguiente su padre lo encontró inconsciente junto a una gran cantidad de blisters de pastillas vacíos.
ESTÁS LEYENDO
Blisters
Short StoryEsta es la historia de Max un chico que era abusado físicamente por su padre y hermana, en donde finalmente se da cuenta del daño que le hacen.