El día de _____ empeoraba por momentos.
Su jefe les había dado la tarde libre a todos ya que el último trabajo del equipo había sido un éxito y era su forma de celebrarlo, con un merecido descanso.
El tiempo había sido perfecto cuando salió de Richmond, nublado pero seco. Hasta que la aguanieve comenzó y continuó empeorando, había conducido todo el camino hasta la casa de su madre repitiéndose que solo era un locura climática, un caprichito. Sin embargo, para cuando por fin llegó al pueblo los caminos eran apenas aceptables. Se había salido una vez de la calle y había tenido suerte de no haber terminado en una zanja.
El viaje le había llevado una hora más de lo normal para descubrir que su madre ni siquiera estaba en casa.
- Simplemente genial - se quejó a su hermano frunciendo el ceño al teléfono.- ¿Así que estoy varada aquí sola en medio de una tormenta de hielo?
- Mira lo siento - respondió Eddy.- Nadie se esperaba la tormenta y por si no lo recuerdas ni siquiera tuviste la amabilidad de que vendrías al pueblo. Mamá y yo estamos atrapados en la ciudad, intentaremos llegar a casa esta noche cuando las calles sean transitables.
_____ trató de no quejarse ya que no era culpa de Eddy.
Se había criado en esa casa a diez kilómetros de una pequeña ciudad en un condado rural del suroeste de Virginia, no era la primera vez que se veía atrapada allí por culpa de alguna tormenta.
- _____, eh...- retomó Eddy. - No quisiera empeorar tu humor, pero... - su voz se ahogó de forma sospechosa.
_____ conocía ese tono así que inmediatamente se alarmó.
- Pero ¿qué?
- Bryan está camino a la casa.
La columna vertebral de _____ se tensó casi dolorosamente.
- ¿Qué? Oh, maldita suerte de mier... ¿Qué Eddy?
-Ese mismo que estás pensando pero antes de que empieces déjame explicarlo, tomé prestada su sierra circular para trabajar en e porche de mamá y olvidé devolverla así que pasará a recogerla.
- ¿Por qué vendría por una sierra en medio de una tormenta?
- Y yo que sé, ha de necesitarla urgente... Estaba trabajando donde Gilman por lo que le quedaba de camino pasar por ella, de todos modos llamó hace unos minutos y no está muy lejos.
- Maldita sea Eddy, yo no quiero verlo.
- Lo siento pero me temo que no tienes opción a menos que desees ocultarte en tu habitación y pretender que no estás allí.
Eddy no parecía ni remotamente preocupado por ella, de hecho parecía muy divertido con la situación.
- Esto es grave para mí. - dijo _____ apretando la mano en forma de puño.
- Sé que no es tu persona favorita pero tampoco es nada del otro mundo.
- ¿No es mi persona favorita? - repitió en un chillido.- No lo soporto. No puedo soportar estar a su alrededor siquiera.
Eddy se quedó en silencio un largo rato. Por último dijo:
- No sabía que todavía estabas tan colgada... Lo ves cada vez que vas al pueblo.
- ¡No estoy colgada! Y eso es diferente. No es lo mismo que estar con él sola en una tormenta... yo... ya sabes lo que me hizo... - Se llevó una mano a la cabeza.
- Pero si siempre has actuado como si no te importara, eso fue hace años, un drama adolescente.
Ella tragó saliva, un dolor familiar le apretó el pecho al pensar en lo que había pasado tantos años atrás.
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Después de la tormenta.
Teen Fiction¿Qué tan cierto es eso de que después de la tormenta viene la calma? _____ está a punto de comprobarlo. Atrapada con el tipo que más detesta. Con un esguince en el tobillo. Un montón de recuerdos a flor de piel. Y un imbécil corazón que no logra olv...