Quiero que veas la verdad

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Tokio es un lugar muy pacífico, o al menos eso puedes ver a simple vista

La vida adulta puede ser muy desgastante; gastos, responsabilidades y muchas situaciones estresantes, al menos así­ es como lo vive Katsuki Bakugo, desde que decidió salir de la casa de sus padres para convertirse en "un hombre autodependiente", o eso es lo que él dice, - realmente fue porque ya estaba harto de las reglas de su madre -

Renta un departamento, no muy lujoso, pero tampoco tan deplorable, simplemente perfecto para sus necesidades, vive sólo y trabaja a sus 25 años en una tienda de electrodomésticos fabricando decoraciones y diferentes diseños en los productos

Su vida es hasta cierto punto bastante normal y aburrida

No se ha enamorado

Ha salido con un par de chicas, pero jamás fue algo serio, su vida es normal

Haciendo el mismo recorrido todos los días, la misma rutina, la misma vida, nada interesante o algo bueno que contar, hasta el llegar de aquel día...

Julio 11 - Martes

Salía temprano de su hogar, se había quedado dormido un rato más al acostumbrado y ya iba un poco tarde para tomar el metro, sus vecinos son muy silenciosos, con excepción de una vieja que se la pasa regañando a sus dos mocosos todo el día, de cierta manera le recuerda a su madre, así que no se dio cuenta del pasar del tiempo

Cuando salió no tenía tanto frío, pero al estar cerca de las escaleras para bajar, - ya que ésta en el cuarto piso - una corriente de aire helado le calo hasta los huesos, incluso vio vapor salir de sus labios, frotó sus manos por puro instinto para transmitirse calor, hasta que alguien chocó con él

Jamás en toda su vida se consideró una persona curiosa, realmente le valía madres la vida del resto del mundo mientras no le afectara directamente, pero, ¿Con qué otra palabra podría dar a entender lo que sentía en ese momento?, un chico más bajo que él por 12cm mínimo fue el causante de todo, tenía un jodidamente divertido cabello color verde brillante, ¿¡En serio!?, ¿¡Quién en su puta vida tiene un color de cabello así!?, le miraba directamente con unos enormes ojos de igual color, al bajar la mirada veía varías pecas cafés cubriendo su piel, la cuál era blanca, pero blanca transparente, en serio el chico parecía enfermo, casi muerto por decir algo, y sus labios eran de un color rosado pálido, pero eso sí, sumamente apetecibles, carnosos y curveados, un tipo bastante llamativo a primera vista, no tenía expresión alguna sólo le observaba fijamente

- ¿¡Y QUE IMBECIL NO PIENSAS DISCULPARTE!? - el peliverde pegó un brinquito y después puso una expresión, ¿cómo decir?, de ¿alivio?, si probablemente, incluso parecía que lloraría

- ¡emmm! ¿Me dices a mí? - se auto señaló, mientras miraba detenidamente esa rojiza mirada

-¡NOOO, LE DECIA AL TIPO QUE SE FUE CORRIENDO!, ¡Estúpido Deku!- refunfuño entre dientes

- ¿Ah?, ¿Deku?, espera ¿en serio pued...-

- ¡PUES CLARO QUE TE HABLABA A TI! Tsk.. - ¿Enserio como existen personas tan despistadas en el mundo?

Después de aquello el rubio bajo las escaleras, dejando al desconcertado peliverde ahí, aún aturdido por ese raro primer encuentro, extrañamente algo cálido lo recorrió por dentro

Después de aquello el rubio bajo las escaleras, dejando al desconcertado peliverde ahí, aún aturdido por ese raro primer encuentro, extrañamente algo cálido lo recorrió por dentro

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Me Encontraste -Katsudeku- One shortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora