Aún escuchando la alta música del cuarto de a lado, Aristóteles movió su teclado y lo dejo al costado de él para a continuación ir molesto hasta la habitación de Temo.
Tocando tres veces a la puerta Ari espero a que Temo se dignara a abrir. No le molestaba que estuviera escuchando música pero sí que le molestaba que la tuviera a un volumen tan alto. Podría despertar a sus hermanitos que mucho trabajo le había costado a Aris dormir y no podía permitir eso.
-Adelante -dijo finalmente Temo y Ari cruzo la puerta.
La habitación seguía siendo igual a como la recordaba. Aún tenía muy presente el recuerdo de tantas tardes que había estado allí besándose con Temo, riendo o viendo una película. Parecía que había sido hace mil años desde la última vez que había estado ahí pero solo habían pasado un par de meses.
Sin decir nada Ari se dirigió directamente a la bocina y le iba a bajar al volumen pero Temo lo detuvo.
-¡Ey! Estoy escuchando eso -reclamó el chico. Tenía su ceño fruncido y Ari no pudo evitar compararlo con un gato molesto.
-Pues tendrás que dejarlo de escuchar - respondió Ari, tratando de apagar el aparato -. Es muy tarde y tus hermanos están durmiendo. Apágalo
Aún luciendo molesto, Temo se le quedó viendo con esa cara de reproche un segundo antes de que en su cara apareciera una sonrisa.
-¿O que me vas a hacer? -pregunto Temo, de pronto había un brillo travieso en su expresión.
Sabía a dónde quería ir Temo con todo este tema de los castigos, provocándolo para que Ari le siguiera el roleplay y aunque internamente estuviera agitado por esta insinuación, no se iba a dejar vencer. No tan fácil, por lo menos.
-Ni creas que te voy a responder que te castigaré por ser "Niño malo" y tú responderás otra marranada-respondió Ari tranquilamente mientras se alejaba de Temo para ir hacia la cama.
Temo se acercó a la cama también y tomó asiento, dejando una apropiada distancia entre ellos.
-Antes solía gustarte que te molestara así -dijo Temo
-Antes solíamos ser personas distintas -respondió Ari pensando en los buenos momentos que habían pasado juntos y aún extrañaba.
-Algunas cosas nunca cambian por más que lo intentemos -dijo Temo y por un momento sus miradas se conectaron pero la conexión fue rápidamente interrumpida cuando una canción se puso y la cara de Temo se iluminó de alegría y comenzó a reír.
-¿Qué es tan chistoso? -pregunto Aristoteles olvidándose por un momento de todo y solo enfocándose en la risa de Temo. Le parecía fascinante como la risa de Temo aún podía seguir llenando su cuerpo con alegria y amor.
-La canción -exclamó Temo mientras calmaba su risa -. Es tan irónico y conveniente
Aristóteles dejó de ponerle atención a Temo y se concentró en la canción. No le tomó mucho identificar que se trataba de "Odio amarte" de ha-ash y trataba de una pareja problemática y un amor inestable, lo cual, quedaba demasiado con su situación.
-Es bastante irónico -reconoció Ari, sonriendo al entender que Temo hablaba de su relación.
En lugar de contestar Temo comenzó a cantar a todo pulmón y Ari no podría estar menos preocupado por los niños o cualquier otra cosa en el mundo mientras veía a Temo frente a él jugando y "dándole un concierto"
Pronto Ari se sumó al juego y hasta sacó su celular, prendió la lámpara y la movió con su mano al ritmo de la música para pretender que apoyaba. Temo continuó con su espectáculo y eventualmente Ari se sumó, cantando junto a él.
Cuando el show terminó Temo volvió a sentarse junto a él, riendo un poco. En esta ocasión no había dejado mucho espacio entre sus cuerpos, los cuales se estaban rozando.
-Aun sigues siendo el mismo menso -dijo Ari sin pensarlo demasiado
-No es cierto -refutó Temo -. Dijiste que las personas cambiaban. Yo lo hice
Si lo había hecho, pensaba Ari, lo podía notar, pero aún así cuando veía a ese muchacho seguía viendo al mismo tonto del que se enamoró.
-Yo sigo viendo al mismo chico confundido que se acercó a mi el primer día de universidad porque no sabía dónde estaba su salón
Temo sonrió ante el recuerdo. Había sido la primera vez que habían hablado y desde ese entonces habían quedado enganchados
-Y yo sigo viendo al mismo chico guapo al que fingí que no sabía dónde estaba el salón para tener una excusa para hablar
Ahora fue el turno de Ari de sonreír.
-Si claro -respondió Ari concentrándose en la mirada intensa en los ojos de Temo.
De pronto el ambiente se había vuelto más íntimo y tenso. Ya no estaban hablando, solo se veían y Ari tuvo recuerdos de estar en esta misma situación hace meses donde se sonreían y compartían miradas cómplices antes de besarse.
Parecía que la historia se iba a repetir y tal vez lo hubiera hecho si no fuera porque el sonido de una llamada entrante los distrajo a ambos.
Aturdido, Aristóteles miró su celular y el buen humor desapareció de su cuerpo. Era Bruno.
-Me tengo que ir - dijo Ari, volteando a ver a Temo, que parecía decaído. Seguramente había visto quien le hablaba. Ari quería aclararle a Temo que Bruno no era su novio pero rápidamente descartó la idea, él y Temo no eran nada tampoco -. Solo apaga la música ¿si?
Temo asintió y desvió la mirada.
Incómodo, Ari salió de la habitación. No sabía cómo controlar sus conflictivos sentimientos por Temo pero tendría que descubrirlo por el bien de los dos.
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Hate you, Love you [Aristemo AU]
RomanceTemo es un chico rebelde que se opone a que su papá lo deje al cuidado de un nuevo niñero, Aristóteles Corcega. Ambos se odian mutuamente y Temo intentará todo para que despidan a Ari sin imaginar que del odio puede nacer el amor.