Enredos y nudos

Un Encuentro Accidentado

Todo comenzó cuando unos jóvenes se conocieron de una manera de manera muy accidentada.

Una chica en un centro comercial caminaba sola viendo tiendas, sus ojos demostraban curiosidad por los artículos que llegaba a ver en cada una de ellas, distraída inmersa en su mundo no se dio cuenta un joven había salido disparado hacia ella, el impacto la llevo ser arrojada cerca de una fuente y por casualidades del destino también resbalo y callo en el agua, mojada y sintiendo gran vergüenza comenzó a llorar, miraba a los lados pero sus ojos se inundaban de líquido, observaba como aquel que la empujo se acercaba, muchos pensamientos pasaron por su cabeza pero el que ayudo a que se moviera fue el de huir; tomo sus cosas flotando y salió disparada de ese lugar pero un chirrido se escuchó y dejo al joven perplejo ella aprovecho y corrió lo más rápido que pudo para perderlo de vista.

Un joven que estaba en una tienda con sus amigos buscando algo que necesitaban comenzaron a molestarse entre sí, entre golpes y discusiones amistosas uno de ellos empujo lo bastante fuerte para que este tropezara, no se dieron cuenta que una señorita pasaba por ahí, el descuido provoco un accidente la chica salió volando al borde de la fuente pero tropezando y cayendo al agua, muchas personas incluyendo algunos de sus amigos se burlaron de la caída pero el chico fue a tratar de ayudarla pero ella salió corriendo pero él se percató de un chirrido que venía de ella quedando paralizado por saber que era lo ese sonido, al tratar de alcanzarla para disculparse ella había desaparecido.

Practica 1

¿Cómo es que te llamas?

Es la mañana más soleada que se puede ver en mucho tiempo la jovencita sale de su casa para tomar el bus que la llevara a su escuela mirando el paisaje de esta ciudad que parece ser desconocido para ella pero que la ruta que toma es la indicada para llegar, pasan solo unos 40 minutos hasta su parada, camina solo un poco y está en la universidad donde estudia, caminando por el campus a lo lejos escucha una voz conocida pero lo deja pasar pero nuevamente se escucha y más cerca de ella solo voltea un poco la cabeza para mirar.

-bueno ¿quién podrá ser? No es que conozca a alguien aquí- se dice a si misma

-hey chica mira me estoy aquí- se escuchaba la voz de un chico- soy yo ¿no me reconoces?- saltando para llamar más su atención

Al percatarse de la presencia del chico dirigió su mirada a donde él estaba parado haciendo señas, solo verlo su piel se puso de gallina y lo ignoro y se perdió en la multitud.

- No puedo creer que mi suerte sea tan mala que me encuentre a este idiota aquí- dijo algo asustada y acelerada.

Vigilando que no la siguieran camino rápidamente hasta el salón donde tomaría clases, por un momento se sintió segura pero cambio todo incluso su expresión al ver que el chico estaba entrando, comenzó a sentirse insegura del lugar, el chico solo la saludo pero ella lo ignoraba tratando de evitar incluso el contacto visual con él, así estuvieron unos minutos hasta que el profesor llego al salón.

- Muy bien jóvenes espero que hayan tenido unas buenas vacaciones por que hoy acabaron y las clases comienzan- mira su lista de alumnos y ve que una nueva chica está en su clase- ejem bueno tengo un anuncio que hacer hoy se incorpora una nueva chica a la clase vamos preséntate.

La chica nerviosa se para mirando a cada uno de sus compañeros pero con la incertidumbre de que podrá hacer el chico.

-Mi nombre es Frederica y soy nueva aquí en la escuela- lo dije con mucha pena.

Termino rápido y de inmediato se volvió a sentar en su asiento, no paso mucho ese día ella estaba más tranquila pues el chico no la había molestado o siquiera se acercaba, al final de las clases se levantó y salió pero esta vez el muchacho fue tras de ella cada vez caminaba más rápido pero de vez en cuando él seguía escuchando ese sonido que escucho la primera vez que la vio, se detuvo en medio de la cancha pensando en lo que había escuchado y mirando como como corría.

En la noche en lo alto de los edificios de la ciudad una figura se balanceaba entre cada uno de ellos observando el panorama cayendo sobre el techo de uno de ellos, la figura de una chica.