Lee Taeyong habría decidido no seguir cumpliendo años, si hubiese sabido la gran responsabilidad que conllevaba llegar a los veinticinco. Él apenas cumpliría los veinticuatro, pero estaba aterrado a lo que la Diosa Luna le destinaría; más aun, cuando su padre, el alfa de la manada en Daegu, le explicó sus deberes como líder. Esta vez, sin el usual tono comprensivo. El Jefe Lee no estaba dispuesto a ser amable con este tema, cuando se trataba sobre el destino de la manada.
Aun así, Taeyong habría decidido saberlo hace 10 años, cunado se presento como alfa. Él no desearía estar encima de la pirámide jerárquica, si alguien le hubiese informado antes. Tampoco que pudiese mucho para cambiarlo.
La luna hacia las cosas por una razón.
El festival de invierno seria dentro de dos semanas; ahí, se presentaría oficialmente como heredero, y así mismo, celebrarían su cumpleaños. Sin embargo, en letras pequeña bajo el contrato destinado a su asistencia en dicho festival, estaba que debería unirse a un omega.
Tendría que desposarse antes de la media noche, unirse al que seria su compañero, apenas tomara el cargo el siguiente año. Ellos deberían casarse en primavera, únicamente esperando el momento en que Lee Taeyong ascendería al poder del trono.
Y él no quería.
No tendría problema con tomar el puesto; pero, unir su vida a alguien que no conocía, claramente le aterraba. El único hijo de los Lee, era un alfa inusual de sentimientos blandos y pensamientos románticos, odiaba la sola idea de casarse bajos estos términos.
Él quería que fuera... Mágico. Si es que existía, su deseo era tenerlo de una forma real; pero, el deber del líder lo requería así.
Y así se haría.
—Madre, me estas ahorcando -se queja el rubio. Mientras que, su progenitora de dulce aroma, le anuda la corbata.
Taeyong deseo que el festival jamás llegara, pero fue inevitable.
—Lo lamento cariño. Estoy muy emocionada. - la mujer sonrió apenada. Afloja el nudo; dispuesta a dejar respirar al que, ante sus ojos era aun un pequeño cachorro.
Aunque, ya no era tan pequeño, claro esta. Hoy cumplía veinticuatro.
Taeyong sabía cuan emocionada se hallaba; pues, toda su habitación, tenía impregnado la dulce fregancia a caramelo. Signo de alegría, ella simplemente era incapaz de retener sus emociones. El rubio no era tan diferente.
—Lo se, todo saldrá bien. -francamente, él también quería créelo así.
La omega asintió, desplegando un arruga inexistente en su traje azul eléctrico. Peina, inquieta, las ondas rebeldes del sedoso cabello rubio. El alfa luce perfecto, pero la ansiedad carcomía a su madre.
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𝑨𝒎𝒐𝒖𝒓 𝑷𝒍𝒂𝒔𝒕𝒊𝒒𝒖𝒆 || ᵗᵃᵉᵈᵒ ⁽ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿ⁾
Romance⊱𝙇𝙖 𝙇𝙪𝙣𝙖 𝙝𝙖𝙘𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙤𝙨𝙖𝙨 𝙥𝙤𝙧 𝙪𝙣𝙖 𝙧𝙖𝙯ó𝙣.⊰ 𝘓𝘦𝘦 𝘛𝘢𝘦𝘺𝘰𝘯𝘨 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘪𝘥𝘦𝘳𝘢 𝘢𝘴í 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘰 𝘶𝘯 '𝘣𝘶𝘦𝘯 𝘢𝘭𝘧𝘢', 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘦𝘴 𝘪𝘮𝘱𝘦𝘥𝘪𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘭𝘪𝘫𝘢 𝘢 𝘴𝘶 �...