Capítulo 12

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30 semanas de embarazo.

-Mami.- Dijo Henry entrando en el despacho de Regina.

-Dime cariño.- Le dijo su madre mirándolo con una sonrisa.

-La abuela quiere que vayamos al cine el sábado. ¿Puedo ir?- Preguntó mirándola con ojitos de cordero.

-¿Le has preguntado a mama?- Preguntó Regina sonriendo aunque sabía la respuesta.

-Quería que te preguntase a ti.- Dijo Henry que parecía algo enfadado por esas vueltas que sus madres daban.

-Está bien, cariño.- Dijo Regina sonriendo.

-Vale, gracias.- Soltó dándole un beso en la mejilla y saliendo del despacho para dejarla trabajar un rato más.

Emma se estaba encargando de preparar el almuerzo mientras que Regina trabajaba un poco en su despacho, que la rubia casi no la dejase salir sola de la casa la desquiciaba pero conseguía relajarse si se encerraba y se ponía al día con el trabajo.

-¿Has terminado?- Preguntó la rubia entrando al despacho.

-Casi. ¿Por qué?- Preguntó la morena quitándose las gafas para mirarla.

-La comida esta casi lista y no puedo entretenerme porque esta tarde tengo guardia.- Dijo Emma acercándose a Regina y dándole un beso en el cabello.

-Entonces voy enseguida.- Regina apagó el ordenador y se levantó.- Por cierto... Henry va el sábado al cine con tu madre.

-Lo sé, me lo dijo.- Dijo Emma sonriendo.

-Siempre acabamos igual, Emma.- Le dijo Regina entrando en la cocina para terminar la comida.

-Lo siento, no quería decirle que sí por si acaso tú tenías algún plan con él. –Soltó Emma consiguiendo que Regina se ablandase aunque no iba a reconocerlo.

-Está bien pero no quiero ser siempre la mala de las dos.- Dijo Regina dándole un beso suave en los labios.- Si me niego acaba enfadado conmigo.

-Prometo intentar solucionarlo.- Dijo segura la rubia.- Vamos a comer.- Emma cogió la mano de Regina para quitarle un poco de peso al asunto.- ¡Henry!- Lo llamo desde abajo.

Tras comer Emma se marchó a trabajar, había tenido que hacer horas extra para poder cogerse después un par de meses para cuidar de su hija, aunque su trabajo era tranquilo y casi sin sobresaltos no podía dejar la ciudad sin cuidado así como así.

Regina por su parte se quedó en casa para adelantar trabajo, al día siguiente debería ir algunas horas al ayuntamiento para seguir cerrando cosas antes de tomarse la baja total. Por suerte la reelección no sería hasta 8 meses después y le daría tiempo a tener a Sophia y no dejarla demasiado pequeña para centrarse en eso.

Acababa de terminar de revisar unos documentos cuando Henry entro en el despacho, el niño había pasado la tarde jugando a un nuevo videojuego que Emma había comprado supuestamente para él, aunque Regina sabía muy bien la verdad, la rubia compraba los juegos para ella y decía que eran para el niño.

-Mami.- Dijo Henry sentándose en el sofá.

-Dime, cariño.- Dijo Regina levantando la vista de sus documentos.

-¿Puedo comer un poco de chocolate mientras hago un dibujo aquí contigo?- Henry traía una chocolatina que había cogido en la cocina pero no se la comía sin que su madre le diese permiso, sabía que se podía enfadar.

-Sí, pero sólo si me traes una para mí.- Le contestó haciendo que el niño mostrase una gran sonrisa.

Henry dejó la chocolatina sobre el sofá y salió corriendo sin decir nada, segundos después apareció de nuevo en el despacho con otra chocolatina pero esta vez traía la favorita de su madre. Regina sonrió y la aceptó levantándose de su silla y sentándose al lado de él en el sofá la abrió para comer.

EmbarazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora