Cupido improvisado y un aliado más

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Woolas hermosas creaturitas del mundo!! tiempo sin dejar la actualizacion jejeje pues veran adivinen ya estan al corriente con lo que llevo de historia por lo tanto tardare un poco mas en subir los siguientes capitulos, y es que con eso del ingreso a la uni pues espero hacerlo seguido, pero prometo que en cuanto este libre hare el capitulo, Muchas gracias por esas personitas que se pasan a leer este pequeño proyecto y sus sensuales comentarios a los que se dan su tiempo :3 en fin en verdad que Kaori los ama mucho :3 y pues nada ya saben que me gusta extenderme como verdolaga :3 por cierto hace unos dias publique un one shot de esta pareja se llama Resistence, los invito a pasar a leer jejeje muchas gracias por todo y pues nada! nos leemos abajito <3

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“Las luces improvisadas, son las mejores cuando se trata de recobrar la esperanza, cuando creas que solo sirves para quedarte estancado recuerda que ellas te darán el impulso para seguir adelante, las personas cometen errores, la ley de la vida se rige de ello…pero ¿Por qué no intentar sanar las heridas  que alguna vez ocasionaste en medio de vacilaciones sin sentido?...tú decides el quedarte estancado, o luchar por el amor…la guerra por tu amor empieza”

Sabía de antemano que no sería fácil acercarse a Takao cuando Kise le dijo que desde ese día el casi nunca se quedaba solo, todos su amigos e incluso su familia habían decidido turnarse para estar con el por miedo a que este tuviera una recaída, así que debía ser cauteloso, sino quería quedar peor que saco de box. Quería arreglar todo ese gran mal entendido, pero cada vez que intentaba hacer algún movimiento, se llenaba de miedo y de muchas preguntas como ¿Qué pasaría cuando Kazunari recuperara todos sus recuerdos? ¿Y si le odiaba por lo que había hecho?, no, no señor él no se arriesgaría a perderlo de nuevo, era la persona que amaba y estaría con el pesara a quien le pesara, si tenía que convertirse en un insensible quita prometidos, lo haría solo para estar cerca de su halcón.

Había pasado alrededor de 3 días desde la dichosa fiesta y para su mala suerte estaba muy apretado con sus horarios, estaba hasta cierto punto tranquilo ya que había superado muchas explicaciones, tanto con Kise…como con su madre…

FLASHBACK.

Su encuentro con Takao había sido del todo impactante para él, desde que supo que no lo recordaba, hasta el momento en que su abuelo anuncio su compromiso con el estúpido rubio lanza piñas, y el reencuentro con Kise, todo…todo había sido demasiado para un día. Cansado de pensar y sentir que su corazón pendía de un hilo, decidió irse por su cuenta, con la vaga excusa de que su cabeza dolía por el golpe, su padre le dejo ir esa vez.

Encerrado en su habitación con sus sentimientos a flor de piel, y con un constante pensamiento de culpa, se dejo llevar por la soledad que le brindaban esas cuatro paredes, las mismas que habían sido testigos de muchas cosas, como su soledad, su culpa, y también su amor por Takao.  Pasadas algunas horas sumergido en sus recuerdos y con la vista fija en el techo blanco de la alcoba es como su madre lo había encontrado.

-Shintarou cariño, sé que no estás dormido y que tu cabeza está perfectamente…así que dime que es lo que te tiene así, mi amor enserio llevas meses en ese estado, necesito saber que tienes para ayudarte, solo esta vez…-dijo la peli verde mientras tomaba la mano del menor, sintiendo como si le estrujaran el corazón al ver las lagrimas saliendo de su siempre serio hijo

-¡MAMA!....EL…EL…SE VA A….CASAR-decía el peliverde entre lastimeros sollozos mientras abrazaba con fuerza a su progenitora como un niño pequeño.

La mayor por instinto correspondió el fuerte abrazo que le otorgaba su hijo, mientras trataba de consolarlo dándole caricias en su cabello, a la vez que este intentaba callar sus sollozos…ahora entendía todo lo que había pasado. Pocos minutos después y un poco más calmado, el peliverde se acomodo mejor en la cama, dándole a su madre un espacio junto a él, no podía seguir cargando ese gran peso sobre el solo, y, a pesar de que casi  nunca decía lo que sentía, estaba seguro que su madre lo entendería.

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