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"Elizabeth necesito que me escuches atentamente"

"¿Qué sucede René? Creí que iríamos directo a mi fiesta"

"Necesito que me prometas. No. Qué me jures que esto que te contaré no se lo dirás a nadie"

"Claro... Yo, am, lo juro"

"Juralo por tu vida"

"Lo juro por mi vida"

Rene se desató su coleta que llevaba. Se quitó su saco y comenzó a desabotonar su camisa.

"¡Rene! ¿que estás haciendo? Mi padre no aceptará que yo..."

"Tan solo espera"

Esta vez fue una voz más dulce y baja. Una voz tranquila que dejó a Elizabeth callada para después pasar a estar sorprendida por lo que veía.

Rene tenía una figura delicada, que era tapada en la parte de arriba por vendas. Aún así se podía ver lo que intentaba ocultar. Pechos. Pechos de una mujer. Una joven mujer.

"Me presento. Soy Irene"

"¿Qué? Esto es una broma... De seguro eres la gemela de Rene y ambos quieren jugarme una broma"

No había diversión en el ambiente.

"No es una broma. Todo este tiempo fui Irene. Irene fue la que pasaba por ti para ir a cabalgar, la que te enseño a buscar formas en las estrellas, la que..."

Una respiración profunda y pesada.

"... La que te pidió matrimonio"

"Esto no..."

"Hay más pero por favor escucha atentamente y mantén la calma"

"Esto no está bien. Me engañaste y jugaste conmigo. Mi padre no estará nada feliz"

Elizabeth salió corriendo. Irene sabía que no había modo de alcanzarla. Nunca pudo hacerlo.

"Bien. Sí lo quieres así"

Irene tomo rumbo a su "casa" que sabía estaba vacía ya que la única persona que le habitaba aparte de ella estaba ya en la fiesta.

Fiesta que no sería más que... Nada. Se convertirá en nada.

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