[♤ -El Chico de Cabello Blanco- ♤]

"Llegada..." Prólogo

Narrador/a
No recuerdas exactamente cómo pasó, estar allí, estabas sucio y muy delgado, casi desnutrido, parado en frente de un orfanato después de lo pareció una eternidad de estar caminando solo, no tenías zapatos, tus pies estaban algo hinchados y heridos de tanto caminar, tu largo y descuidado cabello castaño oscuro casi que lo arrastrabas en el suelo detrás de ti mientras caminabas, tenías una mochila con un poco de ropa, juguetes y cosas de coser que habías podido rescatar antes de ser arrastrado al auto, tus ojos castaños claros estaban llenos de lágrimas, estaban rojos eh hinchados mientras reflejaban dolor y tristeza, caminaste hasta llegar a aquel orfanato mientras abrazabas tu sucio peluche de conejo, que fue un regalo de tu madre, mientras lo único que tenías puesto era una larga camiseta a rayas que también estaba sucia, como habías llegado a esta situación? Déjame te explico, tú no eras tan masculino como tus hermanos mayores, tú eras más delicado y algo afeminado, incluso tus facciones eran más delicadas, nunca te había gustado jugar a la pelota o los deportes, te gustaba el ballet y el diseño de modas, a veces agarrabas las muñecas de tus hermanas para practicar y hacerles vestidos y ropa en general nuevas, tus hermanos mayores y tu padre no estaban contentos con esto, mientras que a tus hermanas y a tu madre no les molestaba, pues sabían que solo tenías gustos diferentes pero a los ojos de ellas eso no era nada malo, tu padre en más de una ocasión al igual que tus hermanos, te habían forzado a jugar fútbol, ir a practicas karate, de kickboxing, etc. Nunca destacabas, de hecho, todos tus instructores le decían lo mismo a tu padre: "No es bueno en estas cosas, por favor entiendalo, su hijo tiene futuro en el diseño de modas, no en los deportes" Tu padre, harto de ser, (según su lógica), "Paciente contigo para que se te pasara esa etapa afeminada" Decidio hacer las cosas a su manera, para "corregirte", en pocas palabras, cada vez que tenías una actitud "Afeminada" Te golpeaba, ya fuera con su cinturón o sus manos, tus hermanos mayores hacían lo mismo que él, tus hermanas menores y tu madre hacían lo que podían para defenderte, pero tu negabas la ayuda de ellas siempre para que no salieran lastimadas ellas también por tu culpa por intentar defenderte de tu padre o tus hermanos, habían pasado varios meses así, en ese ciclo repetitivo, tu simplemente eras tu mismo, tu padre o hermanos mayores te golpeaban, y tu madre te consolaba mientras lloraba a mares porque no tenía el valor de intentar dejar a tu padre para poder protegerte, eso hasta que un día... Tu padre finalmente se hartó de ver que no te "corregias" por más que él y tus hermanos lo intentaban, tú simplemente no te "Volvias hombre" Así que, un día, tu madre y hermanas menores se fueron a hacer algunas cosas, y tu padre te forzó a subirte al auto, manejo unas aproximadas 7 horas hasta llegar a una carretera desolada en medio de la nada, donde no se veía una pizca de civilización visible en kilómetros a la redonda, para luego tirarte del auto, dar la vuelta y irse, por más que lloraste, gritaste y rogaste, él no se detuvo, ni siquiera volteó a verte mientras se iba, "Papá! Porfavor no me dejes aquí!" Gritaste y rogaste entre lágrimas mientras intentabas seguir el auto de tu padre corriendo, el vehículo no se detuvo, de hecho, al contrario, este solo aumentó la velocidad, seguiste intentando seguir el auto hasta que te caíste al suelo al tropezarse con una piedra del camino, raspando tus manos y rodillas, solo sollozaste y lloraste en el suelo un rato, hasta que decidiste levantarte y caminar hacia donde fuera, no sabías cuanto caminaste pero para ti fue eterna esa caminata, cuando finalmente llegaste al único edificio que encontraste, un orfanato, tocaste el tombre y salió una mujer de aspecto amable, que al verte se horrorizó, unos minutos después, "Ay Dios mío mi niño... Que te pasó? Como llegaste aquí? Como te llamas?" Preguntaba ella mientras lavaba tu cabello, "Mi padre me dejó lejos de aquí... Llegué caminando, no sé cuánto caminé...
Me llamo Haru, Haru Hashimoto..." Dijiste mientras jugabas con los patitos de goma que la mujer había puesto en la bañera, luego de esto, bastantes años pasaron, hasta que cumpliste los 18, años en los cuales no escuchaste ni supiste nada de tu verdadera familia, decidiste irte para terminar tus estudios, cosa que obviamente le dolía a la mujer dueña del orfanato, pero sabía que solo querías un buen futuro, "Adiós mi niño, ojalá la vida te sonría" Dijo la mujer con una sonrisa, con esto, dejaste el orfanato en el que te criaste y te mudaste a la ciudad, esto era bastante nuevo para ti, ya que el orfanato en el que te criaste estaba en el campo, pasaron los años y por fin, la vida te sonreía, terminaste tus estudios, tenías un trabajo estable y amigos, un día, empezaste a leer un webcomic llamado "Lookism" o "Apari3ncias", se volvió tu pasatiempo leerlo en tu tiempo libre, un día como cualquier otro, tuviste la idea de crear a un oc de auto inserción para dicho cómic, se llamaba igual que tú, tenía un largo cabello blanco, ojos azules, piel pálida y un cuerpo delgado más no musculado, de hecho se veía algo femenino, tal cual tu cuerpo en la vida real lo era, también tenía algunas pequeñas cicatrices de accidentes que había tenido de pequeño, al igual que tú, cuando lo terminaste, te fuiste a dormir felizmente, y te despertaste por la sensación de... Un beso en tu frente? "Vamos cariño, Euntae y Jace vinieron a buscarte para jugar, les dije que estabas enfermo y ahora están aquí para hacerte compañía" Dijo una voz dulce y gentil, abriste tus ojos y era... Tu madre? Se veía... Muy diferente... "Esta bien... Déjalos pasar..." Dijiste mientras te sentabas en tu cama, tu madre asintió con una sonrisa y se fue, dejandote con unos jóvenes Vasco y Jace, quienes se acercaron luciendo preocupados a ti...

Continuará...
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