Solo mío [ Miya x Reki ]

Capitulo 1

Era un día soleado como cualquier otro, en un rincón de la ciudad de Okinawa se escuchaban llantas pequeñas rodar y golpear el asfalto.

—¡Reki! ¿viste esa vuelta que acabo de dar? ¡¡Reki Reki!!—

El pelirrojo observaba con un puchero su celular, había acordado una hora especial del día para practicar con Miya y Langa en el parque de siempre, sin embargo, se habían juntado varias reuniones en la semana que Langa pospone a casi el ultimo minuto y no asiste.

—¡Perdóname! te prometí que le daríamos vuelta a la manzana y ni siquiera nos hemos ido del parque, pero en cuanto llegué Langa partimos, por favor, vamos a esperarlo 5 minutos más, por favor, por favor por favor— sonrío nervioso ansiando que hiciera efecto en Miya su petición.

—Odio la impuntualidad —dijo el azabache bufando enfadado, le molestaba la idea de tener que esperar a alguien para divertirse pudiéndolo hacer de una vez, además la idea de él y Reki a solas no le desagradaba para nada, después de todo le parecía muy agradable su compañía y le hacía sentir esa calidez que hace mucho le faltaba, con esto en mente no pudo evitar dejarlo pasar y observar con atención a aquel torpe chico que tenía en frente nuevamente.

Reki continuaba mirando su móvil, además de preocuparse por Langa la idea de que el canadiense patinara con alguien mas lo inquietaba sobre todo si se trataba de Adam, no había persona que le asqueara tanto como el, por lo que era imposible que no mostrara gestos y muecas extrañas que lo hacían ver un poco adorable.

—Langa podría estar con quien sea en este momento sabes— suspiro —es inevitable que se atore en el camino con caras familiares, aun más siendo la sensación en ''S'' quizás se quedo patinando con alguien—

 —¡Lo se! y no tiene nada de malo pero aun así...— respondió Reki pero antes de terminar su frase perdido en sus pensamientos sintió la mano cálida de Miya tocar su mejilla para dirigirle su rostro a sus enormes e inocentes ojos verdes.

—¿Qué es lo que te detiene? ¿Acaso no puedes divertirte solo conmigo? —

Reki sintió que ''despertaba'' de un trance al mirar los ojos llenos de tristeza de Miya , era una sensación diferente a los de Langa, quien es un rompecabezas descifrar que es lo que quiere expresar cada vez que lo miras.

—Tienes razón no puedo permitir estar así en un día tan bueno como este además...—
El pelirrojo no pudo evitar sentir culpa al ver unos ojitos como aquellos, trago saliva al ver su rostro tan cerca; pensativo tomo la mano de Miya e hizo una ligera pausa en esta posición unos segundos que se sintieron eternos  a lo que el menor sobresalto sonrojado por sujetar su mano tanto tiempo  —no puedo dejar a mi casi hermanito con ganas de conocer el barrio, ¡vámonos! — llevo casi arrastrando a Miya de la mano que le quito de su rostro hace apenas un segundo y lo guio hasta llegar a una calle enseguida del parque donde lo soltó para subirse a su patineta e irse cuesta abajo.

—Sígueme esta ruta es la más rapida—

Miya quedo pasmado, ¿Qué demonios había pasado? su corazón había dado dos vuelcos en un momento, no sabia que sentir, —''ya le eh dicho que deje de llamarme hermano'' — dijo entre dientes, pero entre más lo pensaba más veía como el ya ahora risueño muchacho se alejaba cada vez más, le siguió el paso al mayor mientras vociferaba insultos fingiendo que se enojó debido a que se adelantó sin él, cuando en realidad, la causa de su disgusto provenía de que no pudo hacer que Reki pensara con un poco de malicia sobre lo que pudiera estar haciendo su casi novio Langa, si bien no lo eran pero fácilmente podían hacerse pasar por pareja pasaban mucho tiempo juntos, era ''injusto'' pensaba Miya.

—Vamos alcánzame, pense que el que tenía prisa aquí eras tu mo-co-so— dijo Reki usando la última palabra en tono juguetón entre risas, su patinaje no era el mejor pero fluía junto a su personalidad y en ese momento era un sol.

Deseaba que siempre fuera así, deseaba que Reki se diera cuenta de lo radiante que puede ser aun sin Langa; a pesar de que siempre lo molesta llamándole ''slime'' en el fondo se preocupa por él.

Miya no tiene interés en saber que hay dentro de su propio corazón pero era el mismo quien le pedía a gritos acompañar al ojos ámbar y dejarlo solamente para el; eso era todo lo que importaba  y le hacía sentir tan bien sin saber que era con certeza ¿cariño?¿amor? le sonrojaba pensar textualmente en la segunda palabra, ya era vergonzoso para el analizar sus sentimientos.

Por ahora ambos adolescentes se encontraban juntos rumbo a algún lugar, estando a solas era posible meter las ideas que mas le convenían a su favor en la mente del mayor, Miya siempre ah sido bueno manipulando, tiene esa astucia felina para conseguir lo que quiera de quien desee de una forma sutil y dulce, aunque con este distraído chico no sabemos si tenga que aplicar los mismos métodos.





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🍑Hola soy la autora edite un poco mas la historia (: espero escribir mas de estos dos pronto