Hermosas, tiernas, dramáticas y eróticas historias de esta hermosa pareja!!!!!
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Aquella era una hermosa mañana de primavera. El sonido de las hojas de los árboles rebotar con el viento y el dulce aroma del rocío de las flores era inolvidable. La primavera se conocía como “la estación del amor” y Mikasa Ackerman sin duda podía confirmarlo pues fue en aquella época que conoció al amor de su vida y el hombre con quien querría pasar el resto de su vida.
Un mes luego de haber conocido por accidente a Levi Ackerman; el sueño más grande de la hermosa pelinegra se había cumplido, ella se convirtió en la mujer más feliz de todo el mundo.
¡Su amado Levi le había pedido que se casara con él!
La familia de ambos había aceptado con alegría el compromiso de la pareja. Sus amigos les brindaron todo el apoyo y sus vidas laborales iban de bien en mejor. Sin ninguna duda parecía la historia de una princesa que pronto tendría se final feliz.
Pero la vida le recordó a aquella risueña joven que no todo era color de rosa...
...
Reserva Natural del Distrito Kayuma (Japón) 7:30 p.m
—¡Mikasa, ven rápido! —gritó Hange Zoe, una microbiologa marina que trabajaba en una de las reservas naturales más importantes del país y también, la mejor amiga de Mikasa.
—¡Ya voy! —se escuchó la respuesta de la joven. Hange se desesperó por su respuesta.
—¡Por el amor de Dios, Mikasa. Eres un desastre de veterinaria! —volvió a gritarle la castaña de lentes —¡Apresurate o te perderás el nacimiento de unos tiernos pandas!
—¡Hange, no estás ayudandome! —Mikasa ingresó a la Sala con ropa de cirujano mientras se colocaba unos guantes de látex —Ya vine, no te alteres.
—Sabes que cuando se trata de animales me altero rapidísimo —se excusó con una sonrisa apenada.
—No te preocupes, ahora voy a traer al mundo a dos pequeños pandas —Mikasa estaba emocionada —No vayas a gritar porque podrías estresar a la madre.
Mikasa entró a la jaula de la madre mientras se colocaba la mascarilla en boca y nariz. Detrás del vidrio que separaba la jaula con el acceso del personal, Hange observaba con atención el parto que su amiga iba a dirigir.
Los primeros cuarenta minutos pasaron con un parto sin complicaciones. Un pequeño pandas ya había nacido y Mikasa se veía cansada pero con los mismos ánimos del principio. Un joven moreno apareció por el pasillo del personal con un semblante apagado.
