etéreo

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La chica se encontraba sentada en la banca, justo a mi lado. Debo admitir que justo en ese momento hubo un silencio incómodo pero a la vez lindo en el que cruzamos pensamientos, yo tenía las manos entre mis piernas que estaban cruzadas, pues el dulce frío de la noche en Italia es completamente incomparable. Mientras que Michelle se encontraba con las piernas abiertas, sus brazos se estaban recargadas por la parte de atrás del banco, se le veía algo imponente, como diría mi abuela algo.. "masculina". Ahí me encontraba perdida en mi cabeza, detallando el aura de aquella chica, hasta que unas palabras rompieron aquél silencio.

- Te noto un tanto temblorosa... ¿Quisieras que te preste mi abrigo? - pronunció estas palabras mientras se sacaba su abrigo y lo colocaba sobre mi espalda y acomodado a la altura de mis hombros para que se sosteniese allí.

- Es muy amable de tu parte, Michelle. Pero hace algo de frío esta noche.. aparte es tuyo
y me da algo de vergüenza.-respondí a Michelle mientras me quitaba el abrigo el cual era sublime y cálido para ser sincera.

ahí me encontraba sosteniendo el abrigo con la mano en dirección hacia Michelle para entregarle su respectivo abrigo, sin embargo, ella me ignoró completamente, estaba claro que quería que yo lo conservara en ese momento, después de un buen rato sentí un gran cansancio en el brazo por sostener el gran abrigo con una sola mano, lo regrese a mis piernas y metí las manos a los bolsillos para darles algo de calor, en el bolsillo derecho de el abrigo se encontraba una caja de cigarros, los saque cautelosamente y le hice una pregunta un tanto estúpida.

-¿Fumas?-Dije con un tono de voz suave por haber estado callada por tanto tiempo y por el frío que rozaba con mi pecho.

- Sí - Respondió firmemente Michelle con su voz gruesa y para nada afectada como la mía.- ¿Quieres uno? - me preguntó firmemente.

- No.. eres muy amable, pero..no hago eso.-nunca en mi vida había probado algún tipo de droga o adictivo relacionado, así que esa fue mi primera respuesta en ese momento.

-Pero pequeña, ¿Cuántos años tienes? - ¿No dijiste hace un rato que no perdidas nada con intentar cosas nuevas? - dijo Michelle volteando a mirarme fijamente a los ojos, dedicándome una una mirada sarcástica, tal vez algo cínica para ser sincera.

en realidad la mirada intimidante de Michelle me hizo cambiar de opinión y cambiando mi respuesta le dije:

-Está bien, solo porque quiero probar cosas nuevas.- saqué un cigarro de la cajita que se encontraba en el bolsillo del abrigo de Michelle y lo sostuve inmediatamente entre mis labios.

-Esta vez tomaré la amabilidad.- dijo Michelle sonriendo victoriosa, sacó un encendedor que se encontraba en sus pantalones, aquel encendedor tenía un logo que decía "the beatles". Acercó cuidadosamente su mano hasta mi rostro y se dedicó a encender mi cigarrillo.

-Cada vez me sorprendes más, Michelle.- Dije sacando el cigarrillo ya encendido de mis labios.

-¿Te gusta el rock?- Dijo la chica cambiando de tema totalmente, preguntó con una sonrisa coqueta que me aceleró en corazón involuntariamente.

- Para ser sincera escucho todo tipo de cosas, pero prefiero las melodías más.. calmadas.

Tuvimos una larga conversación sobre la música, al mismo tiempo ella me estuvo enseñando a fumar bien un cigarro para no ahogarme siendo mi primera vez, en medio del intento soltamos varias risas ya que fueron muchas la veces en las que casi me ahogaba con aquél cigarrillo. Entre tema y tema recordé acerca de aquél libro que amabas leíamos más temprano, así que simplemente solté.

-Recordando está mañana en la cafetería... Me di cuenta de que estábamos leyendo el mismo libro.. Por qué parte de "call me voy your name" estás - le pregunté a Michelle con demasiada intriga, pero no por saber en qué página o parte del libro iba si no para saber porque estaba layendo este tipo de libros.

-Mmm.. no lo recuerdo bien para ser sincera pero... - acerco su mano a la mía y estaba mirando mis labios que estaban un tanto resecos por el frío.

-Creo que voy en la primera vez que Oliver y Elio se besan. - se acercó aún más a mi y nuestras bocas estaban a tan solo centímetros, en aquél momento podía sentir su respiración, sus vibraciones... podía sentirla, justo en ese momento que mi corazón latía a mil, pasaron dos personas por atrás de la banca en la que estábamos y para ser realista, nos miraron con cara de desagrado, no sé cómo pude darme cuenta de tantos detalles en ese momento cuando estaba plenamente consentrada en los labios provocativos que tenía Michelle, no los había notado así hasta ese momento. Sin embargo, ese momento llegó a su fin, nos separamos, no sucedió más que un acercamiento en ese momento. Fingí demencia, haciéndo de cuenta que no pasó nada mirando hacia otro lado agarrándome el cuello con el brazo izquierdo, que era donde estaba sentada Michelle, mientras yo estaba mueriendo de la vergüenza; Michelle saco una pequeña libreta y un lápiz, en el papel escribió su número telefónico, arrancó aquél papel donde estaba marcado el número, se levantó de el banco agarrando su abrigo y me dijo:

-llámame cuando quieras, Fue un placer haberte conocido , Sabrina. - dejando el papelito en el banco mientras caminaba hacia otra dirección.

Lentamente el silencio invadió aquél sitio, cada vez los pasos de Michelle se escuchaban más lejanos y el ambiente se hacía más solitario. Así que me tomé un momento para meditar lo que había ocurrido anteriormente, en mi mente solo rondaban incógnitas "¿Cómo llegamos hasta ese punto?" "¿Cómo entré en tanta confianza con alguien que apenas conozco?" "¿Quién es Michelle?"
Solo quería saber cada vez más acerca de ella.

- Que extraña noche. - me dije a mi misma. -hace mucho tiempo no estaba así de cerca de los labios de una persona.

Contemplé por un segundo las estrellas, lo que más me gustaba de aquél lugar era la vista que me otorgaba. Al paso de unos minutos decidí mirar mi teléfono que en todo ese tiempo pareció inexistente para mí, tenía en la bandeja de entrada varios mensajes de mi abuela preocupada por mi paradero, eran ya las tres de la mañana y aún no había vuelto a casa.

-Maldición, es muy tarde.

La verdad el pueblo de toscana era muy tranquilo, también aquél sitio en el que me encontraba quedaba a unos diez minutos de mi casa, sin embargo, me causaba un poco de miedo caminar hasta mi casa a esa hora.
Tomé el papel donde se encontraba el número telefónico de Michelle y sin pensarlo mucho empecé a caminar hasta mi casa, probablemente mi abuela estaría enojada por no haberte siquiera avisado que saldría, realmente no pensé tardar demasiado.
Mis pies pararon justo en la entrada de mi casa, tomé mis llaves y abrí la puerta, intenté hacer todo con absoluto silencio y cuidado,
como si estuviera llegando de alguna escapada o cometiendo algún crimen, al cerrar aquella puerta y voltearme por completo me encontré a mi abuela con su rostro lleno de preocupación, ella vino rápidamente hacia mí y tomó mis hombros con sus manos.

- ¿Dónde estabas? ¿Por qué ni siquiera me avisaste nada?- dijo la mujer llena de preocupación.

-Yo.. salí a caminar, abuela.-dije algo apenada, al menos debí decirle algo antes de salir.

-¿Caminar? ¿No ves la hora que es?- dijo aún más angustiada.

-Bueno.. de camino.. yo.. hice.. bueno, me encontré con alguien y se me pasó el tiempo hablando, no te preocupes tanto, querida.- respondí intentando calmar a mi abuela.

-Está bien, ahora sube a dormir ahora mismo.- dijo ella en un todo firme.

Yo solo le hice caso y subí hasta mi habitación, cepille mis dientes ya que aún tenía el sabor de aquél cigarrillo en mi boca. Al salir del baño me dirigí directamente a mi cama, tomé mi celular que estaba en el bolsillo de mi short y aquél papel salió junto al teléfono, antes de olvidarlo, anoté el número de aquella chica y decidí mandar un mensaje al instante.

-"hola :)".- era el mensaje que decidí enviar antes de dormir, realmente no conté con la esperanza de que la chica contestara aquél mensaje debido a la hora; sorprendente, la pantalla de mi teléfono encendió.

desde ese día te di paso para entrar a mi vida.

etéreo: que es intangible o poco definido y, a la vez, sutil o sublime.

MandarinettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora