XXIII

2 0 0
                                    

Quesito

Me encanta mantenerme en pie
En la superficie de las cosas
En la laguna sin fin
Debajo de los angeles
Y bajo las pirañas.

Oigo un murmuro
Una ausencia eterna de algo
Una viscera que me invita a entrar
A un bosque invisible
El camino es rojo, baboso, sangrante
El color rojo invade mi vista
La masacre esta por todos lados
Excepto en mi
Yo piso mi intestino
Su camino lo desconocido
La muerte fuera de la jaula de la mente
Y en el bullicio de todos
En las voces bajas que nunca salen a la superfecie
En el tedio que tu vida se acabe.

Yo y un ser totalmente desconocido
Totalmente ausente de memorias mías
Me besa, como un romántico bajo un árbol
Como una palabra linda
Un romance fogoso
Es alguien horrible, espantoso, mediocre
Y me paralizo
Me mortifica
Me congela
Siento mis órganos y tripas petrificarse
Y la voz de alguien murmurar mi nombre
Y los sueños e invocaciones malignas que se hacen
Bajo mi nombre.

Soy un hijo de la ausencia
De tener algo y que ese algo no sea nada
Nisiquiera una palabra o una continuación
Simplemente queda caminar por la tripa
Para terminar acuchillandome las tripas rebeldes
Un suicidio futuro, una boca retorcida que me invita todos los días
Que me grita a todas horas
Que me obliga a ver todos los segundos
Mi muerte, mis tripas, el avión cayendo, el ladron asesinandome, la sangre corriendo
Y el veneno saliendo por mi boca
La entumesión
El frio petrificante
El bucle del viaje en el tiempo
Las piernas rompiéndose
Mi tumba crujiente, horrorosa
Suplicándole a nada, que me saque
Quiero en este frio día, en esta laguna, en este tramo de la laberinto que se me ha obligado a viajar
Un chocolate caliente y un pan.

ContaminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora