Capítulo 3: La Rivalidad Comienza.
Narra Shifu:
Una Herida hirió por completo a mi Pequeña Tigre. Su Hermanastro Tai-Lung cobraría venganza contra ambas Personas o Maestros quiénes juraron su Destino de la Grandeza misma, conseguir el Rollo del Dragón y convertirse tarde o temprano en el Guerrero Dragón, un Puesto por el cual esperaría durante su trayecto en los Movimientos y Entrenamientos de Kung Fu. Pero Béipán aún no se sentiría con Rencor alguno sobre una Persona quién le ha hecho daño, excepto el Maestro Oogway, mi Hija creía que mi Maestro se sentía totalmente decepcionado en cuanto las prácticas que su Hermano realizaría cada Noche de Fulgor o incluso su Entrenamiento Matutino donde practicaba constantemente con ella misma, creaban Luchas para así lograr probar sus Habilidades poco a poco y evaluarlas mutuamente, pero Oogway siempre sabía la respuesta en la Palma de su Mano, y jamás me lo mencionó ante que criara a aquel Leopardo de las Nieves, mi Pequeña Tigre simplemente se lastimó en su propio corazón al escuchar las diminutas palabras de el Maestro Oogway, Tai-Lung creyó en ambos, en su Maestro y en su Hermana, y guardó el Primer Odio hacia nosotros. A mi gracias a las mentiras que le he explicado cuando era un Pequeño Cachorro mientras Béipán crecía para entrenar con mayor fuerza a su querido Hermano, y en su Hermanastra, gracias a sus Mentiras que le mencionaba como yo, al cuidarlo y entrenarlo como su Propio Hermano de Confidencia, conversaba con Tai-Lung y confiaba completamente en su Conocimiento o Inicios del Kung Fu, para convertir su Sueño en una Realidad, después de observarlo lograr, pero Oogway destrozó el Futuro que nosotros formaríamos para mi Hijo, inclusive Béipán se lastimó al mirar a Tai-Lung Angustiado y Decepcionado a sus Ilusiones que el diariamente dudaba, pero mi Hija le entregaría los Ánimos necesarios para continuar con su Camino de las Artes Marciales. Meses después de lo que ocurrió a mi Pequeño Leopardo de las Nieves, solo reflejaba el cariño que anteriormente formé en mi Pequeña Tigre, para intentar sentirme con una Compañía que nunca me abandonaría, pero me prometí a mi mismo que no volvería a tomar un Cariño demasiado fuerte en un Alumno o Persona sumamente Especial para mi, y parece que mi Hija se dio cuenta que mi Actitud era lo suficientemente seria para así, no prestarle atención a los asuntos que no eran de Gran Importancia en mi carrera como Maestro de Kung Fu, Béipán imaginaría que nunca expresaría una Sonrisa mientras ella hablaba enfrente de mi rostro, pero claramente se equivocaba, continuaría amándola como mi Propia Hija, pero a los futuros Alumnos, no cometería el Error similar que me he atormentado con Tai-Lung. Imaginaría que mi Hija Béipán-Ling estaría a mi lado durante el resto de mi Vida que me quedaría, para Entrenar a futuros Maestros de las Artes Marciales y apoyarlos con los Movimientos necesarios que querían aprender en cada uno de sus Entrenamientos que crearía, pero con la mayor seriedad posible. Aprendí 2 Cosas ante que mi Hijo se encontraría en la cárcel, Primero, las herida podrían consumir tu Corazón y volverlo oscuro y por último, si Oogway realmente descifraría al Guerrero Dragón, jamás debí de criar al Pequeño Leopardo desde un principio:
Marinette: Béipán sufrió después de observar a su Hermano como un Criminal bajo las Rejas.
Shifu: Me transformé en un Maestro sumamente Cruel y Despiadado con sus próximos Alumnos.
Po: Que sucedió ante que Tai-Lung fue enviado a Prisión??
Po: Acaso su Alumna conoció a Tigresa?? A mi Novia??
Tigresa: Ni siquiera lo pienses Po.
Tigresa: Creo que se ha comprendido el Concepto de Béipán.
Tigresa: Se convirtió en una maquiavélica Maestra de Kung Fu después de sentir su Primer Rencor.
Tigresa: Fue suficiente en cuanto la Historia.
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Kung Fu Panda 4 | Portadores y Maestros en Riesgo
FanfictionUna Nueva Villana se acerca. La Tigresa de Pelaje Blanco siente la venganza por sus venas, un Panda Rojo lo ha provocado. Su Abanico refleja la Ira y el Odio repugnante que sobrepasa sus Franjas Negras e incluso los Secuaces defienden la Maldad que...