La Brújula Sin Sur.

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Un día caminando por la ciudad del alba,
Paseaba y tropecé con un mensaje desconocido,
Se coló en mi pantalla un chico con orejas de duendecillo,
Mas no bajaba de un arcoíris, sino de un falso destino.

El mismo que me hizo creer, tragarme y morder de la rabia,
Uno distinto a cualquiera que pudiera conocer por su aroma a Dália.

Y te diré que me enganchó con un garfio,
Y colocó dos parches para que no le pudiera ver,
Hasta descubrir que no era un niño,
Solo lo quería hacer parecer.

En mis manos hallé el aparato que me condujo a la salida,
Una brújula sin Sur, una esdrújula con tilde,
La sílaba tónica que despertó mi sospecha,
El diptongo que ató cabos para hizar la segunda.

NUNCA JAMÁS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora