Capitulo 1: Sonrisa

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Las penumbras me consumían. Yo solo me limitaba a mirarla y ella hacia lo mismo. Sus ojos demostraban terror, las sombras la carcomian de pies a cabeza. Sus cabellos se fundían cada vez más con esa negrura. Mis gritos eran ahogados al instante, mi vista empezaba a nublarse, lágrimas caían y no podía hacer nada, el sentido de impotencia me estaba dejando frustrado, cerré mis ojos, no quería ver la escena y mucho menos mi fracaso.

—Yuu...

Su voz me hizo volver a verla, a pesar de la situación que estaba viviendo me miro con una sonrisa en su rostro. Ese panorama solo me rompió más el corazón e hizo que mi lamento aumentara significativamente. Con las pocas fuerzas que me quedaban trate de safarme y volver a intentar, pero nuevamente todo fue en vano...

—(Lo siento...)

Fue lo único que pude llegar a pensar ante mi impotencia, ella con sus ojos cristalinos volvió a esbozar una sonrisa.

—No es tú culpa... Al menos estaremos juntos de alguna forma... Te amo Yuu. Gracias por todo...

Sus últimas palabras me dejaron con un gran dolor y a la vez esperanza, no me importaba morir si al menos podía estar con ella, era lo único que me importaba en ese momento, perdón mamá, hermana y hermano. Esta vez prefiero ser egoísta y estar con ella, no lloren por mi, nunca lo merecí.

La oscuridad por fin me había tragado por completo, se sentía tibio, el negro infinito me llenaba de paz por alguna razón, era extraño, sin embargo, una pequeña luz empezó a deslumbrar a mis ojos.

Poco a poco, se empezó a acercar, se volvía cada vez más y más fuerte, cerré mis párpados, pero la luz seguía dislumbrandome las córneas.

—Yuu...

—...

—Yuu...

—...

—¡Yuu!

Mis ojos se abrieron nuevamente, la oscuridad había desaparecido, estaba en una habitación, más específicamente en la mía.

—Yuu ya esta el desayuno ¿Puedes apúrate? Hoy acuérdate que tienes tu exámen.

Mire a mi hermana extrañado y algo desorientado. Mi cabeza me empezó a doler de manera leve, mis ojos estaban aún pesados y me costaba mantenerlos abiertos. Con todo la concentración que pude le respondí a su pregunta.

—{¿era hoy?}

—¡Sí estúpido!

Su alarido me llegó al tímpano y me hizo dar un pequeño brinco del susto.

—{No grites por favor... Me duele la cabeza...}

—Mph...

Parece que había despertado de mal humor, me dió la espalda y salió enojada de mi pieza dando un portazo. Yo solo trate de levantarme e ir hacía el baño para alistarme.

Primero lo primero, cumplir necesidades fisiológicas. Segundo, lavarme las manos, la cara y peinarme. Con eso ya el dolor de cabeza había desaparecido.

—(Je... Tengo sonrisa de bobo...)

Pensé para mi mismo mientras me miraba en el espejo, nunca comprenderé cómo hago para simplemente poder mantener esa sonrisa. Y eso que la vida más allá de la gran familia que he tenido, me ha tratado mal.

—¡¡¡YUU!!!

Me termine exaltando ante el alarido de mi querida hermana, me descolocó.

—¡Apúrate flojo mimado!

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