— Si nadie más reclama esto, entonces está... — Antes de que el martillo golpeara la mesa para cerrar el trato de venta. Shisui sacó su teléfono celular para ofrecer lo último que le quedaba en la cuenta bancaría. En voz alta ofreció ese precio al juez.
— Entonces por ese precio, ¿alguien da más?
El anciano sujetó con algo de brusquedad el brazo de Shisui. No estaba enojado, sino que preocupado porque ese dinero le pertenecía a su vendedor.
— Shisui por favor, no hagas esto... ese dinero te lo has ganado durante toda tu vida para poder vivir y estudiar... en serio no...
— Señor Uru, es lo mínimo que puedo hacer por su hospitalidad y...
De pronto una llamada telefónica interrumpió al juez quien nuevamente estuvo a punto de cerrar la venta, pero hubo un precio más alto por pagar para comprar aquella tienda.
Shisui al oír la suma, quedó petrificado. Él no podía superar esa suma de dinero, mucho menos el señor Uru quien era un anciano ya.
— Mierda...
— No nos queda de otra Shisui... hay que dejar las cosas como están...
— ¡Entonces está cerrado! — El golpe del martillo en la mesa cerrando la venta, hizo que Shisui se agarrara la cabeza con ambas manos.
— No te preocupes Shisui, veré dónde y en qué lugar trabajar, pero no puedo asegurar que te puedo dar un empleo...
— ... Le daré mi dinero para comprar una propiedad para que pueda seguir trabajando, señor.
— Hijo... — La voz gentil de la esposa del dueño de la florería, abrazó al azabache quien seguía pensando en ellos y no en su futuro. — Escúchame Shisui. Nosotros somos viejos, hemos vivido nuestra vida perfectamente bien. Lamentablemente las deudas nos comieron y terminamos perdiendo nuestra pequeña propiedad, pero lo importante es que tenemos dónde vivir y además, conocimos a gente maravillosa en este rubro... Ahora, tú tienes que velar por ti...
No era fácil oír esto. Sí bien ellos habían vivido su vida y todo, pero era preocupante llegar a una edad donde era difícil saber si la pensión les iba a alcanzar para vivir. Esa florería era la ocupación de esos dos ancianos. Se mantenían felices vendiendo esas lindas flores, atendiendo, etc. Pero ahora, perdieron absolutamente todo en un abrir y cerrar de ojos.
La gran mayoría de personas se estaba retirando del lugar de la subasta. Shisui sin importar la presencia del público, se puso de pie y se inclinó frente a esos dos ancianos pidiendo perdón por no poder ayudar.
— No fui suficiente para poder ayudarlos... me siento apenado.
— No hagas eso, Shisui, no ha sido tu culpa... — Hablaron en unísono los abuelos que de inmediato, con el cansancio que traían en el cuerpo, abrazaron al muchacho gentil.
Hubo unos ojos curiosos al fondo de la subasta, estos ojos negros como la noche no despegaron la mirada del alto hombre quien estaba mal por la venta.
— ¿Qué ocurre hijo? ¿te sientes mal por esa familia? Vamos, las subastas y los negocios son así... además hiciste una buena inversión. ¿Le dirás a...
Itachi no oyó más palabras de su padre y del negociante. Él simplemente avanzó por el estrecho pasillo de sillas hasta llegar al lado de estas personas.
— ¿Qué está haciendo su hijo, Fugaku?
— No lo sé, pero espero no sea nada estúpido...
La delgada mano de Itachi tocó por sorpresa la espalda de Shisui quien de inmediato se enderezó y se encontró con la mirada curiosa de su nuevo compañero de universidad.
— Itachi...
— Shisui... lo lamento, de haber sabido yo no...
— Qué jovencito tan apuesto... — Habló la anciana quien sujetó el antEbrazo de su marido para salir de ahí. — Vamos querido, vamos a casa. Shisui, hijo, te sugiero vayas a tu casa también... no podemos hacer más. —
Ambos ancianos se retiraron sin nada en las manos. Shisui no podía quitarles los ojos de encima a esos ancianos. Es que fingían muy bien no sentir el dolor de perder su florería.
— ¿Tú compraste la florería? —
El muchacho volteó para ver un momento a su nuevo compañero quien de inmediato asintió.
— Hicimos la compra por teléfono porque no hace mucho llegamos, pero... si hubiese sabido que esta propiedad era de tus abuelos... yo no la compro...
— No son mis abuelos — Aclaró. — Pero... he trabajado para ellos en esa florería durante mucho tiempo... No puedo creer que lo hayan perdido todo de la noche a la mañana...
Itachi se sintió extremadamente culpable. Ese lugar estaba en subasta hace un tiempo atrás, y una mujer lo tenía en vista, por lo tanto lo pidió como un obsequio especial.
— ¿Quieres venir a mi casa? Podemos conversar... si es que has quedado sin trabajo... —
¿Por qué la vida era tan extraña para Shisui? No podía llegar e ir, pero tampoco iba a estar enojado con ese chico solo porque hizo esa compra.
No supo cómo ni en qué momento salió de ese lugar. Ni siquiera se percató que el cielo estaba llorando hielo ligero y blando. Todo para él pasó a segundo plano en ese enorme vehículo que lo conducía hasta el hogar de Itachi.
No prestaba atención al paisaje. Solo saludó a la gente por inercia. Fugaku saludó con desconfianza al igual que el amigo del negocio, pero al ver que Shisui no reaccionaba de mala forma, de inmediato dejaron a los chicos a solas en ese auto, mientras que los otros dos se fueron en otros autos.
Una vez llegaron, Shisui notó que ese hogar era el mismo que el fin de semana hizo un pedido a última hora.
— Y pensar que ese día corrí para hacer el arreglo florar para esta familia, y ahora esta misma familia compró el local de esos ancianos... —
Itachi abrió los ojos sorprendido. Eso quería decir una sola cosa: Ese chico altísimo de buen aspecto se trataba de Shisui.
— Yo te recibí ese día... ¿Sabes? Me siento demasiado culpable, en serio... pero... insisto... si puedo ayudarte con algo, dime cómo...
— ¿Y cómo podrías ayudarme? Esos ancianos tampoco tienen suficiente dinero como para arrendar ese lugar, y yo tampoco tengo el suficiente para hacerlo, además quedé sin trabajo. Pero eso no tiene tanta importancia, en cualquier lugar seré recibido, pero ¿y ellos? Estoy preocupado...
Cuando bajaron del auto, la madre de Itachi salió a hacerles recepción con una enorme sonrisa. Era la misma mujer que le dio una buena suma de dinero por el gran favor de la última vez.
— Vaya, ¿usted no es el repartidor de flores? ¿Qué hace aquí?
— Larga historia, querida... —
Intervino Fugaku quien le resumió todo en que su hijo compró la florería como un regalo para esa mujer especial.
Shisui no terminaba de entender qué clase de persona hace ese tipo de regalos, pero tampoco tenía por dónde meterse en una conversación de esa calaña.
* * *
— Sasuke, él es Shisui... mi nuevo compañero de universidad...
— ¿También estudias lo mismo que él?
Shisui asintió sin mostrar mucho entusiasmo.
— No está muy animado — Masculló por lo bajo el hermano menor de Itachi.
— Shisui... ¿no te gustaría trabajar para mi familia?
Esto alertó al pelinegro. ¿Qué clase de familia o persona pregunta eso?
— ¿Acaso son mafiosos?
— ¿Q-qué? — Itachi se trabó sintiendo ganas de reír por la lógica extraña de su compañero. — N-no, solo somos dueños de grandes cadenas hoteleras...
— Entiendo, ¿y qué haría?
— Pude ver que tienes grandes aptitudes en negocios... podrías ser mi mano derecha...
— ¿Cómo pudiste ver eso si solo eres mi compañero de universidad? Además, solo llevas un día...
— Ya dile la verdad, Itachi... —
Sugirió Sasuke, el muchacho se sentó a lo largo del sofá mientras bebía un frapuccino bien caliente.
— ... —
— No cualquiera hace un trabajo a última hora solo por un arreglo florar familiar, y tú lo hiciste... Esa es mi lógica, además... estuve de oyente en la subasta. Sí, llegué tarde, pero eso no quiere decir que no haya hecho seguimiento de la subasta, y por otro lado...
— Está bien, ya entendí, pero... ¿ser tu mano derecha? Creo que sería mucho, además, tú eres...
— ¿Yo soy qué?
— No quiero sonar mal educado, pero tienes el suficiente dinero como para contratar a alguien más y no a mí... Es que, me acabas de conocer.
— Vamos Shisui, no hagas como que si no me conocieras...
La mirada de Fugaku, Mikoto y Sasuke se volvieron hacia Itachi con cierta duda, ¿de quién se trataba?
Itachi les devolvió la mirada desconcertada a su familia, no podía creer que ellos tampoco tuvieran un recuerdo fresco del muchacho de su infancia, su primer amigo.
— No, en serio no te conozco, es decir, sí, claro que te conozco de la universidad pero de ningún lado más que yo recuerde. Bueno... me siento bastante confundido con todo esto. ¿En serio su familia es dueño de grandes hoteles? No quiero cuestionar mucho, es que todo está pasando muy rápido, señores, y todavía sigo muy desconcertado.
— Dime querido: ¿Tan especial era ese lugar para ti? — Preguntó Mikoto con la voz amable del mundo, la dulzura materna reflejada en su delicado rostro.
— Lo era...
De pronto las puertas se abrieron de par en par. La sonrisa de todos se volvió grande cuando la vieron ingresar a ella, su nombre era Izumi, una mujer de aspecto delicado, cabello tan brillante y actitud encantadora. Al parecer una visita inesperada.
— Izumi, ¿Qué haces aquí? — Sasuke no se sentía tan satisfecho con la mujer al parecer, algo tosco con su presencia se alejó de la adversa para no saludar. Itachi al ver la actitud de su hermano menor le causó gracia, desde pequeño actuando así con ella.
— ¿Eh? Perdón por no avisar, pero el socio del señor Fugaku me ha llamado para avisarme que han hecho la compra de la florería. ¿Es cierto? Por fin podré hacer los arreglos de ese lugar.
Mikoto intentó hacer señas para que guardara silencio puesto que el ex trabajador de la florería estaba ahí. Shisui se puso de pie para saludarla.
— Así es, querida. Mi hijo Itachi hizo la compra solo por ti, es un buen negocio, sobre todo porque la deuda de esos ancianos quedó pagada, no había nada más que hacer. —
Fugaku se expresaba de un modo un tanto más seco, no tenía reparos en decir las cosas a su modo sin importar a quién dañaba.
— ¡Qué buena noticia! — La mujer con prudencia acortó las distancias para ir al lado de Itachi a quien lo cogió del brazo, aunque esta muestra de cariño no duró lo suficiente ya que Sasuke interrumpió ese agarre jalando a su hermano para el otro lado casi como un estropajo inerte.
— Sí, ¿Qué nos decías antes hermano? Deja de interrumpir la charla, mi hermano está hablando con el empleado o ex empleado de la florería, por tus caprichos quedó desempleado.
— ¡Sasuke! — Regañaron sus padres en unísono.
— ¿Qué? No he dicho mentiras. Si a Izumi se le mete algo entre ceja y ceja, hay que darle el dulce como un niño. Caprichosa buena para nada. — Escupió sintiéndose indignado de la situación, sobre todo porque exponían a ese chico que no recordaba. — Y mejor iré a dormir, no vaya a ser cosa que necesites algo más por tus deseos tontos y perjudiques a alguien más.
Izumi borró la sonrisa de su rostro, muy por el contrario a Shisui que alzó la mano carismático y sonriente para saludarla. Verlo otra vez le dio cierta picazón en la nariz y en los labios. ¿Acaso era...?
— ... ¿Lo recuerdas?
— Sí — Comentó con cierta actitud arisca y celosa. — pero al parecer él no.
Shisui alzó ambas manos en señal de pausa.
— Bien, ya basta, no entiendo nada. ¿Saben? Gracias por la hospitalidad, pero no tengo tiempo para el problema familiar, desde ya tengo que irme para buscar un trabajo, mañana ir a la universidad y solucionar mis asuntos. No tengo velas en este entierro. ¿Si? Señores, gracias por todo. —
Itachi quiso salir detrás de él pero Izumi no lo permitió, por nada del mundo dejó fuera ahí como un perro faldero.
Fugaku no prestó mucha atención a Shisui, mientras que Mikoto se preocupó. Inclinándose para pedir permiso se retiró a su habitación, había algo que solucionar todavía.
— ¿Y qué harás con ese lugar, Izumi?
— Arreglarlo y regresarlo a mis abuelos. Es su florería, pero no saben de esto así que, será una sorpresa.
ESTÁS LEYENDO
Si tú eres feliz
FanfictionLo había olvidado por completo. Tenía frente a sus ojos a la persona más preciada de su vida, a quien buscó por tanto tiempo, pero parecía que los recuerdos no eran mutuos. ¿Es eso o simplemente una confusión? (Personajes de Masashi Kishimoto)