Una sola noche

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Después de otro viaje persiguiendo a Sandiego finalmente estoy en casa, debido a que es mi primer día en Francia duermo alrededor de un día para poder adaptarme de nuevo al horario. Ya de mañana decido salir de casa, visto con una camisa azul y unos pantalones negros.

Al salir noto que el cielo es nublado por lo cual ,a pesar de la juventud del día, los tonos en las calles son grises oscuros. Al fin llego, decido sentarme en la barra, espero, mantengo la cabeza baja y trato de tapar mi rostro con el cuello de la camisa.

Una mujer de gran altura, de corpulencia robusta y con el pelo rapado de los lados, se acerca a mí y me dice:

- ¡Julia, tanto tiempo sin verte! creo que no venías aquí desde hace años.

Yo me encojo de hombros, trato de hacer un gesto para hacerla entender que hable un tanto más bajo, veo que no entiende así que le respondo en una voz baja:

- Sí, últimamente suelo viajar mucho.

La mujer, al parecer, no entiende el gesto sutil que le he mostrado para que baje la voz pues contesta con el mismo tono que la vez anterior:

- ¡Ohhh Julia! Siempre estuviste enamorada con la idea de ver el mundo ¿que te parece si, para empezar, te sirvo una cerveza?

Yo miro hacia ambos lados para ver si alguien más nos pone atención, noto que en realidad nadie lo está haciendo, así que asiento con la cabeza. La mujer rápidamente sirve la bebida y la pone en la barra.

Me mantengo en silencio, la mujer se mueve de un lado a otro atendiendo a la demás gente, yo bebo lentamente disfrutando de cómo mi cuerpo se va sintiendo más y más suelto. Termino la cerveza.

Un par de mujeres entran al lugar, están agarradas de las manos, la gran mujer de la barra sale de su área de trabajo y abraza a las chicas, se quedan hablando de cosas a las que no presto atención, después de unos segundos, voltean a verme y ambas chicas saltan de la felicidad.

- ¡Julia! No puedo creerlo, estas aquí.

Me dice una de las chicas mientras me abraza con ternura. La gran mujer  regresa a la barra y comienza a hablar con gran ilusión:

- Marry y Poppy acaban de casarse Julia, ¡están regresando de su luna de miel!

Ajusto mis lentes ante la noticia, mi tez es color roja. Siento una gran incomodidad ante el escándalo que el grupo de mujeres está haciendo.

- ¿Y a donde es que fueron? Seguramente Julia ya ha ido a ese lugar también ¡ella viaja mucho por el mundo!

Dice la mujer de la barra mientras sirve una cerveza. Ambas chicas se sientan a mi alrededor, una al lado derecho y otra a la izquierda.

- Fuimos a Ámsterdam, nos encantó la idea de una luna de miel rodeadas de nieve.

Contesta una del par de chicas mientras pone la mano en mi hombro, veo que lleva un anillo con un pequeño diamante en el dedo.

- Ámsterdam, sí, estuve ahí un par de días...

Contestó ecuánime, al ver que las tres mujeres estaban en silencio, me atrevo a completar mi frase anterior mientras aclaro la garganta.

- ...Pero me la pase en el hotel, fui por trabajo.

Las mujeres se quedan viendo entre las tres y se echan a reír, la risa de la gran mujer es dominante.

- ¡Oh Julia! Eres tan entregada, siempre lo haz sido.

Dice la mujer detrás de la barra entre risas. Yo estoy callada, sorprendida por la simpleza de aquellas mujeres, mi tez está ahora aún más roja. La que tiene su brazo sobre mi hombro lo nota y me da un par de palmadas en la espalda.

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⏰ Última actualización: Apr 12, 2021 ⏰

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