妖狐×僕SS Inu×Boku Copyright © Kokoa Fujiwara

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Café
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«¡No puedo hacer esto!» pensó Ririchiyo, enterrada en una montaña de sábanas blancas que la envolvían en un agradable calor. Normalmente esto la ayudaba a relajarse, pero ese día no era el caso en absoluto.

Se levantó aún cubierta y se condujo hacia la ventana, observando la vida matutina alrededor del Ayakashi Kan. Todo estaba tranquilo, incluso más de lo habitual teniendo en cuenta que los otros inquilinos eran más bien bulliciosos. Pero ni el agradable entorno de esa mañana lograba calmarla. Si. Estaba al borde de un ataque de pánico.

«¿Y si le digo que estoy indispuesta? ¿Que de repente me duele mucho la cabeza?» Apoyó su frente oculta por su cabello oscuro contra el vidrio ¿Cómo es que había tenido una idea tan mala? Todo había empezado con el hecho de que ese día era el cumpleaños de Miketsukami, y también el primer cumpleaños que pasaban juntos como. Pues. Pareja. El bermellón vició sus mejillas ante la sola idea, maldiciéndose internamente por no acostumbrarse aún a su relación ¡Se conocían desde hacía mucho tiempo! ¡no debería ser tan difícil!

Su interés se arremolinó en celebrarlo con él para demostrarle su cariño y gratitud de la mejor manera posible, lo sintió casi como una necesidad. «Pero ¿Tenía que invitarle a cenar conmigo, maldita sea?» Y no sólo eso ¡le había prometido pasar toda la tarde con él paseando por la ciudad! No, realmente temía no conservar todas sus neuronas tras la velada.

Miketsukami había sido primero su guardaespaldas del Servicio Secreto, al principio lo había considerado un tipo raro, pegajoso y en cierto modo, incluso un poco acosador. Ririchiyo aún desconocía en qué momento habían empezado a cambiar las cosas, cuando sucedió que el Yōkai comenzó a modificarla ¿Quizás el momento en que descubrió que la persona a la que había escrito todas esas cartas hace tantos años era él? ¿O porque nadie en toda su vida la había entendido como él lo hace? Miketsukami había sido el que rompió la coraza de indiferencia que ella había construido a través de los años para protegerse, e incluso ahora cada pequeño gesto de él le hacía sentir emociones tan profundas que sinceramente la asustaban.

Después de lavarse y vestirse con un vestidito blanco y negro decorado con algunos lazos y cintas grises, abrió la puerta esperando encontrar a Miketsukami frente a ella como siempre, pero eso no sucedió.

──Tal vez aún se esté preparando. ──murmuró sin mucha convicción, y se dirigió al ascensor. Al llegar al comedor de la planta baja su decepción se duplicó al ver que estaba completamente vacío.

──¡Chiyo-chan, bienvenida! ──rebotó asustada ante el recibimiento, al instante siguiente sintió que dos objetos suaves se presionaban contra su espalda y que dos brazos le rodeaban el cuello.

Ririchiyo dejó escapar un pequeño grito, apartándose inmediatamente.

──¡¿No-Nobara-san?!

La mujer parecía estar casi bajo hipnosis, y escudriñaba minuciosamente su vestido con sus grandes ojos azules tras sus eternas gafas.

──¡Qué linda estás hoy también! ¿hay alguna manera de que pueda tocar tus medias para sentir de qué tela están hechas?

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