꒰ 𝘀𝗼𝗺𝗲𝗼𝗻𝗲 𝗹𝗶𝗸𝗲 𝘆𝗼𝘂 ⋆ 𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨𝘪𝘯 ꒱

꒰🌻꒱ Primera parte

Lentamente abrí mis ojos y con pereza me levanté de la cama. Toda la habitación estaba oscura como si todavía no hubiese amanecido; mas el ligero rayo de luz que entraba por una rendija de la ventana anunciaba que el Sol se encontraba ya en su máximo esplendor. Poco a poco fui colocando mis pies en el suelo frío. Por alguna extraña razón, este día me había levantado con un inmenso cansancio sobre mis hombros. Ni siquiera recordaba qué día era hoy, así que busqué mi celular. Me informé de que me hallaba en pleno sábado: hoy era mi día de descanso. 

Quizás para muchas personas ser fotógrafo es cosa fácil y, tal vez, tienen razón; pero cuando la dura realidad te dice a la cara que no vas a triunfar y que no tienes talento, por mucho que ames a tu profesión, es difícil afrontar los fracasos y salir adelante; más aún cuando en ese período difícil, la persona a la que amas con toda tu vida decide abandonarte. Decidí salir de mis divagaciones antes de avivar las heridas de mi alma. Pero no todo es malo en mi vida, pues tengo al mejor de los amigos. Tengo a mi mejor amigo, Lee Felix, quien llegó a mi vida y me brindó su manto protector cuando más lo necesité. Justamente, mientras pensaba en él, una llamada suya apareció en mi celular. 

—¿Felix? 

—Seungmin... 

—¿Qué sucede? —pregunté y, enseguida, empecé a preocuparme debido al tono apagado con el que Felix habló. 

—¿Puedo ir ahora mismo para tu departamento? Es que... hay algo que necesito contarte. 

—Por supuesto que puedes venir. 

Intrigado por aquello que Felix necesitaba contarme, me quedé esperando sentado en el sofá de la sala, mientras, mis pies se movían de manera incesante y mis manos comenzaban a sudar frío. No era que yo fuese una persona “curiosa” que necesite saber sobre absolutamente todo lo que le rodea. Pero si Felix se tomó la molestia de venir a visitarme para decirme algo en persona y, a juzgar por la forma en la que habló durante la llamada, me hizo pensar que podría ser algo de suma importancia y, precisamente, no algo bueno. 

El timbre de mi departamento sonó. Confié en que se trataba de mi mejor amigo, así que rápidamente abrí la puerta. Al frente de mí, me encontré al actual protagonista de todos mis pensamientos. 

—Puedes entrar —le dije, fijándome en su aspecto decaído. 

Una vez dentro del departamento, sentados cada uno en un mueble, Felix estuvo listo para hablar. 

—Hoy... hoy yo... —tartamudeó— me encontré con Jeongin. 

Con solo haber escuchado aquel nombre, sentí que mi corazón latía a mil, como si aquellas enormes heridas amenazaran con abrirse, con volver a hacerme sentir aquel sufrimiento abismal del que antes fui partícipe. Pero una parte de mí detuvo las reacciones en cadena que surgieron en mi interior a raíz de oír el nombre del único hombre al que creí conocer más que a mí mismo.