Otra vez en esa triste habitación, perdido en sus pensamientos se encontraba abatido sobre ese viejo colchón de muelles. Por más que intentaba sobresalir de su situación, al final acababa en el mismo lugar, como si de un bucle se tratase.
Esa desesperación de volver a sentirse amado como antes lo carcomía por dentro. Pero ese día lluvioso de primavera cuando hizo todo lo posible para evitarlo finalmente lo perdió todo. Ese sentimiento de culpa inundaba su corazón de una manera salvaje, causándole ansiedad y cansancio. Sin embargo algo le hacía poder seguir adelante, algo seguía manteniendo esa pequeña llama de esperanza dentro de él. Su relación de madre e hijo era tan buena que aún la extrañaba con todas sus fuerzas.
Después de tres largos años acompañado de ese sentimiento de culpa y soledad que está a punto de explotar; decidió cerrar los ojos y volver a imaginarla, volver a encontrarse con ella. Y entonces sonrió por primera vez desde aquel día al verla cara a cara. Ella seguía igual de hermosa como la última vez. Pudo ver esa sonrisa tan perfecta, esos ojos llenos de alegría, esa voz tan dulce preguntando como le había ido el día.
Realmente quería permanecer así por siempre, lamentablemente sabía que no iba a ser posible. Ahora estaba tranquilo, todos sus miedos se desvanecieron. Ese ultimo encuentro imaginario con ella lo mantuvo en pie, lo ayudó a seguir adelante y le hizo recordar que no debía echarse la culpa de todo. También se dio cuenta de que ese día no se pudo evitar por más que él quisiera.
Se levantó, cogió su chaqueta y salió de ese lugar, esta vea. Mientras caminaba al fin recordó las últimas palabras que ella débilmente aquel día le espetó: Hijo, se feliz con los recuerdos que hicimos juntos.
Al darse cuenta de que no tomó en cuenta sus palabras hasta hoy, le hizo sentir un egoísta, le hizo despreciarse por un momento. Realizó plenamente que el causante de su atormento todo este tiempo fue él. Lleno de furia echo a correr entre la lluvia sin un rumbo alguno. Mientras su cuerpo corría sin parar agotándose, sus recuerdos se manifestaban uno por uno en su mente. Finalmente no pudo más, se debilitó y cayó al suelo comenzando a llorar.
Él quería huir de si mismo, pero no sabía como hacerlo. Se dio cuenta que el único lugar seguro que conocía de hecho era el más peligroso. Necesitaba ayuda urgente, supo que aún que quisiera no podía salir solo de esa situación.
Justo en ese momento esa mano delicada se extendió otra vez ante sus ojos. Este levantó la mirada y vio a aquella chica parada frente a él.
-Ven levántate -dijo ella dedicándole una sonrisa cálida-
Este tomó su mano y se levantó. Ella pudo notar la tristeza reflejada en la profundidad en los ojos azules de su amado. Sabía todo el sufrimiento por el que este pasaba. Sin más lo abrazó. Él correspondió con fuerza.
-Todo va a estar bien -dijo la chica dejando pequeñas caricias en la espalda de aquel chico-
Cuando al fin se separaron de aquel abrazo que les tocó hasta el alma, ella acarició su mejilla mirándolo fijamente.
-Deja de echarte la culpa por favor, no te tortures más. -dijo la chica para soltar unas lágrimas-
Al verla así de afectada limpió sus lágrimas, tomó conciencia que no solo se hacía daño a si mismo, sinó que también a su amada que cada día se preocupaba más por él. En ese preciso momento se atrevió a confesarle su deseo.
-Quiero superarlo, de veras, pero me temo que necesitaré tu ayuda -dijo el chico dedicándole una sonrisa con todas sus fuerzas- ¿Quieres qué lo superemos juntos cielo?
Los ojos de la chica se iluminaron al escuchar esas palabras que tanto esperaba. Esta asintió con la cabeza y sonrió con los ojos cristalizados.
-Quiero pedirte perdón por todo lo que te hice sufrir sin darme cuenta. -dijo el chico apenado- No mereciste todo eso. -este agarró la delicada mano y la beso-
Ella sonrió de nuevo y mirándole fijamente le dijo:
-Ahora no importa eso, lo importante es que estamos juntos en esto. Ese sufrimiento nos unió aun más. -dijo para acercarse a él-
Este se maravilló ante lo bondadosa y comprensiva que era su amada y la volvió a abrazar. Al separarse observó ese rostro tierno y lleno de amor, esa mirada color esmeralda que transmitía esperanza le hizo olvidarse por un momento de todo lo malo. Ella notó lo que el chico pretendía hacer y se adelantó juntando sus labios con los de él. Este correspondió formando un lento beso que mostró los más sinceros sentimientos hacia a el otro.
Al separarse ella se sonrojó como solía hacerlo. Él sonrío para después darle la mano y ausentarse los dos de ese camino que llevaba a ese lugar tan dañino. Esa triste habitación abandonada hace años, esa casa llena de recuerdos quedó atrás de una vez por todas. Ellos siguieron su camino, formando una vida juntos. Creando nuevos recuerdos que remplazaran los dolores de los viejos.
Y finalmente él pudo sentirse libre por primera vez desde aquel día.
Tenía ideas y simplemente escribí este relato. Lo presenté para un trabajo de literatura en el colegio.
Espero que les haya gustado, si es así por favor votad con una estrellita y comentad. Ojalá tengais un buen día/noche. Abrazos.
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...El último encuentro... -Relato-
Teen FictionEn el pasado él cometió un error o eso creía. No pudo evitar que sucediera lo que sucedió provocándole un tormento continuo desde entonces. Ella, su madre, sufrió mucho a lo largo de su vida. Esta murió y su hijo no pudo impedirlo. Desde entonces su...