Capitulo Único.

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Capitán Anthony Stark.

¿Cuánto valor había que tener para salir del clóset oficialmente frente a tus padres?

Pues el suficiente para Steve Rogers, quien estaba a punto de hacerlo, tenía miedo sí, pero estaba harto.

—Papá, mamá... —sus manos sudaban— soy gay.

El cuerpo delgado de Steve vibró de puro y contundente temor, la expresión en la cara de su madre fue de preocupación, en cambio la de su padre fue de incredulidad. Estaba seguro que no sería tan fácil.

Joseph no se creía que su hijo fuera un... uno de esos. Era un burla, debía ser una maldita broma. Su hijo, no no no.

Steve, con valentía, no se permitió bajar la cabeza, no había por qué hacerlo, era difícil sí, pero no había robado un banco, no había matado a alguien, no dañaría a nadie. De hecho, solo quería la oportunidad de amar a alguien.

—Sé que es difícil, lo fue para mi de hecho, pero es quien soy y solo les dije porque no quiero que crean que soy alguien que no seré jamás. Eso no cambia quién soy, soy yo, Steve...

—Cállate —demandó Joseph callando de golpe a su hijo. No podía creérselo aún, su hijo un marica. Tenía que ser una jodida estúpida broma.

El mayor se puso de pie, Sarah solo observaba al hombre, esperando que el diera el veredicto final de aquella situación, ella no se sentía en confianza como para opinar sobre eso, jamás la tuvo, ella solo debía hacer comida y cuidar a su hijo, eso pensaba Joseph, por esa la miro recriminándola, diciéndolo con los ojos "¿ves lo que criaste? Un marica".
Joseph comenzó a caminar en círculos pensando, Steve se sentía agotado, abatido de esa situación. ¿Por qué tenía que interesarle algo tan intimo como su sexualidad? Era su padre pero no podía dictaminar qué podía y qué no hacer con su vida. Pues era eso: suya.

—Papá... —comenzó Steve. Pero el señor Rogers rápidamente lo siseó severamente. Estaba muy enojado. La madre de Rogers y él mismo lo sabían.

—Lo tengo —dejó de caminar—, el ejército, eso quitará esos pensamientos estúpidos que tienes en la cabeza, tú eres un hombre, un dominador, no una mujer, allá van a pulirte y te harán un hombrecito valiente, hecho y derecho. Como debe de ser.

Steve sintió ganas de llorar, sin embargo solo las reprimió, si lloraba aquella estupidez de que era una mujer solo crecería en la cabeza de su padre.
¿Por qué tenía que ser tan cruel?

Sin embargo Steve creía que pertenecer al ejército era una experiencia única, siempre quiso ayudar, y a pesar de su condición física se sentía capaz de enfrentar cualquier prueba y ayudar al país. Haría lo necesario para que el mundo estuviese bien, a salvo.

Aceptó, sabiendo muy bien que ir a un lugar lleno de hombres no lo curaría para nada.
Es como si Steve quisiera hacer que a su padre no le gustase la pasta, imposible.
Pero daba igual, tendrían que aceptarlo tarde o temprano.

——— ◇ ———

Allí estaba Steve, al fin en el maldito ejército.

Se sentía en casa y al mismo tiempo en un infierno y no era por la sensación de que todos se reían de su físico y su altura, no era la situación de que era el más débil del grupo, era ver al capitán. Era un infierno.

Cuando Steve llegó, se presentó ante el capitán Stark, quien casi de inmediato le llamó la atención. Era un hombre hermoso, una maravilla de hombre, era sexy, fuerte y ponía muy mal a Steve.

Capitán Anthony Stark. (Stony +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora