capitulo 1

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Chris tiembla y se siente como una avecilla expuesta a cualquier depredador, lee para evitar mirar a sus compañeros. Es difícil el cargo moral por ser "el favorito del profesor".

Él no se puede sentir intimidado, él es un actor y los actores viven del aplauso, ¿Quién le aplaudiría si no le pierde el miedo al público?, publicó, estudiantes, actores, en conclusión, ojos que lo miran y juzgan. Está por leer el quinto párrafo y entonces el depredador entra en la sala, su cabello desacomodado le dan un estilo fresco y juvenil. Y es que si, Robert ha cambiado es un ser diferente al de antes, la actuación le ha dado una nueva oportunidad de demostrar lo valioso que es. Por pequeñas cosas se empieza se repite en su mente para ignorar que en un momento lo tuvo todo ahora solo da clases a unos mocosos, chicos que creen tener talento por tener caras bonitas y suele no ser así. Una cara bonita es justo la que tiene el al frente, Chris tiene unos labios rosados hermosos, su cabello es rubio como el sol y sus ojos celestes como el cielo. Cara bonita, tiene talento, lo único que vale de entre todos los que están en esa sala.

Desde que lo conoció supo que no era de por aquí su piel era blanca como la nieve, tan poco bronceada como la de los muchachos de por aquí. Tal vez la inocencia es su mayor cualidad y defecto pues sus mejillas se encienden cuando lo ve y eso le anima a seguir en este juego. Corto, precisó y desquiciado.

Ha vivido mucho, ha visto mucho y reconoce la inocencia cuando la ve, es inocencia, podría apostar que jamás ha abierto sus piernas para nadie o que él ha hecho lo mismo con alguien más, sus ojos una vez más posados en su interpretación, tiene que hacerlo después de todo él es su maestro y tiene que mirarlo, le pone nervioso y mejor si es así, así el miedo cuando este haciéndolo para la gran pantalla se disipará. Si llegara lejos.

Como es usual, corrige, regaña y enseña de la misma manera el tiempo corre y la clase se acaba. El depredador está al acecho, esperando por su presa que suspira con nerviosismo.

Solo unos años los separan de él y de él resto de chicos de la clase.


-Evans, tu te quedas.


Chris traga grueso y se siente como cuando era más joven, es decir, aún lo es, pero cada que está cerca de él se siente más pequeño, cree que es admiración, si debe ser eso. Eso debe ser la razón de sus manos temblorosas, mejillas encendidas y suspiros descontrolados.

Saca unos papeles y le dice que actuarán, que será un papel difícil, pero tiene que seguirlo a pie de la letra. Leer el guion no le cuesta, le cuesta tener el profesionalismo que se requiere para hacer lo que dice el papel. Él es un actor ¿no?

Al principio no es intenso, pero es como la paz antes de la tormenta, es tormenta pues no se cree capaz de darle un beso al castaño como dice el papel.


- ¿Evans?


Se ha quedado congelado.


-No tienes lo que se requiere.


Siente que le falta el aire. No solo por sus palabras sino por la manera en la que ha dicho y como ha sacado a flote esa duda que siempre existió muy adentro. Que todo esto es un error, que debió quedarse en casa a pasar el verano y no en los Ángeles, que mejor se dedique a la política, pero un impulso lo hace besarlo.

El contacto es mejor que el explícito en el papel, pues está cargado de sentimientos de verdad, ha dado muchos besos de actuación y de verdad como para saber diferenciarlos y ríe por sus ojos cerrados y sus labios moviéndose de manera torpe. No había besado antes, es la causa de su nerviosismo causa que su inocencia se resalte nuevamente, sus manos se deslizan por su cintura, aprieta y le roba su primer gemido. No uno de actuación, uno de verdad.

Solo es actuacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora