Todo había pasado demasiado rápido, mis pensamientos se quedaron congelados y mis ojos miraban a la nada.
Una lluvia fresca golpeaba mi cara y mojaba mi ropa, sabía que cogería un resfriado si seguía allí pero no sucedió.
Había pasado un día y aún estaba en cama, no porque me sintiera mal de salud, solo necesitaba estar solo para intentar pensar en lo que había sucedido. Una hora después de que haya despertado estaba vestido de negro en frente de la tumba de mi padre.