Cuando Nadie Nos Ve

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Era una mañana demasiado calurosa para meterse en el aula de pociones, con todos aquellos vapores dispuestos a encresparle el pelo aún más si era posible.

Ni siquiera había comenzado su poción, Amortentia, cuando notó la mirada de su compañero de mesa clavada en ella. Hermione miró a Neville, que con cara de cordero degollado le pedía que le ayudara. Ella asintió, con una pequeña sonrisa, no podía negarse a ayudar a Neville en pociones, se le daba tan mal aquella asignatura, y se ponía tan nervioso con la presencia de Snape, que al pobre no le salía bien ni el trabajo más sencillo.

-Ni se le ocurra Granger.-Escuchó al profesor decir desde el frente de la clase.

-¿Perdón?-Le contestó la joven sin poder evitarlo.

-No ayudará a Longbottom hoy.-Hermione abrió los ojos desmesuradamente en una mezcla de sorpresa y terror.-La quiero al fondo de la clase, en la última mesa, sola.-Hizo un silencio momentáneo.-Ya.

Hermione comenzó a recoger sus cosas corriendo, siendo consciente de que si no se daba prisa no le daría tiempo a terminar su poción. El profesor había vuelto su mirada a los pergaminos que corregía antes de llamarle la atención y Neville la miraba con un claro sentimiento de pérdida, sabiendo que, sin la ayuda de su amiga, no haría bien el trabajo.

-Lo siento.-Se disculpó en un susurro la Gryffindor al pasar por su lado. Él solo asintió derrotado.

Hermione llevaba un buen rato trabajando en su Amortentia cuando el profesor Snape decidió empezar una de sus rondas de revisión de calderos. Siempre le había gustado estar en la primera fila del aula, pero aceptaba que ese lugar le daba privacidad, nadie la miraba a ella absortos en su trabajo mientras que la joven, con solo levantar la vista del caldero, podía ver a todos sus compañeros trabajando. Podía distinguir perfectamente a sus dos mejores amigos, luchando contra la espesa masa en la que se había convertido su poción, otro cero en Pociones, sus EXTASIS no pintaban del todo bien. Suspiró mirando su poción, algo no iba bien con ella tampoco, tendría que haber tomado ya ese brillo nacarado tan característico, pero en su lugar estaba cogiendo un color rosa fucsia muy brillante. Se inclinó sobre la poción, para intentar oler aquellos aromas que ya advirtió una vez en la clase del profesor Slughorn, tampoco fue así, el aroma a pergamino nuevo y a césped recién cortado estaban ahí, pero de repente un fuerte olor a otra cosa la impactó y la recorrió de arriba a abajo como una fuerte corriente eléctrica que terminó parando entre sus muslos. La joven se irguió rápidamente, asustada, como si temiera que alguien se hubiera dado cuenta de lo que había pasado, de lo que acababa de sentir... de lo que seguía sintiendo. Nadie parecía haberse fijado en ella. Snape observaba los calderos de los alumnos a dos mesas de distancia, el resto sudaba sangre intentando terminar la poción, deseando que fuera la hora indicada para irse ya y librarse de aquella tortura.

La alumna volvió su mirada al caldero, muchas cosas estaban mal, no solo el color de la poción, que indicaba un fallo en el procedimiento de elaboración, sino que aquel tercer aroma, que en su sexto curso había sido un referente claro a Ron, ahora había cambiado. Y no solo eso, sino que no podía evitar seguir frotando sus piernas, una contra la otra, tremendamente excitada. El fallo en la poción podía llegar a entenderlo, incluso Malfoy, que era excepcional en aquella materia, tenía problema en aquello momentos para remover el contenido de su caldero. Pero no entendía lo demás, los olores eran fieles a una Amortentia perfectamente realizada a excepción de uno, el importante, el que había indicado cuál era su amor en sexto año, Ron. Ahora, dos años después, con una guerra de por medio, y por fin retomando su séptimo y último curso, Hermione empezaba a entender que, quizá, sus sentimientos por Ron habían sido solo un enamoramiento pasajero, ahora ya no le dolía verle de la mano de Lavender Brown, puede que se hubiera fijado en alguien sin darse siquiera cuenta, puede que fuera ese el tercer olor de su Amortentia.

Cuando nadie nos ve (Hermione y Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora