❧ 𝐁𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒 𝐆𝐀𝐍𝐆 𝐏𝐑𝐄𝐅𝐄𝐑𝐄𝐍𝐂𝐄𝐒 ☙

CAPÍTULO 1 ⚡

—Hola, me llamo Ansel Wiliams y tengo 13 años. La mayor parte de mi vida he vivido en Los Ángeles, junto con mis padres y mi hermano, Will Williams. Me mude a Derry hace unas semanas atrás porque a mi padre le ofrecieron un puesto en el banco de este pueblo. No es que no quiera vivir aquí, solo no me parece muy... muy segu-- No. No puedo decir eso. Se reirían de mi.

En cinco días asistiría por primera vez a la escuela, luego de varias semanas sin estudio. Estaba algo nervioso por la idea no encajar. Me había costado mucho encajar en mi anterior escuela, y comenzar de nuevo era una idea desafiante. La gente de Derry no parecía muy amable, una vez casi me pisa un Trans Am Azul cuando cruzaba la calle, pero no fue mi culpa, yo había mirado en ambas direcciones antes de cruzar. Nunca olvidare las sonoras carcajadas.

«No seas ridículo, Ansel. No debes de tenerle miedo a una sociedad, y menos a un pueblucho, eso es súper estúpido. No importa cuantos niños y niñas desaparezcan, no es como si tu fueras a desaparecer... » pensé, sumamente disgustado «De todos los pueblos que hay en la nación, tenías que conseguir un puesto en este, ¿papá? »

—Dios, ¿por qué no me ayudas un poco? —dije con extrema fatiga— Claro, no existes. Creer en ti sería como creer en Osiris, el dios de la resurrección, una verdadera perdida de tiempo. Si voy a perder mi tiempo en alguien, no va a ser en alguien como tu.

Sonreí burlón. Pensar en el tema de la religión era chistoso. Recuerdo la vez que mi mamá me llevo a la Iglesia un domingo, por la mañana. No me encontraba muy emocionado, pero tampoco tenía otra opción, ya que mi familia es extremadamente religiosa. Recuerdo que una chica de cabello rubio exigió mi silencio al ver que no me callaba y me mantenía sociable en el peor momento. Yo la mire con picardía, y ella me devolvió el gesto.

Fue entonces cuando el cura, absorto en lo que ocurría entre la chica y yo, me llamo para que leyera la biblia en frente de todos. Y cuando digo que fue el peor día de mi vida, no miento. No quería leer la biblia, ya la había leído lo suficiente como para comprender que era un libro que carecía de sentido y razón. 

—Sr. Williams, ¿podría venir aquí para leer la biblia? —su tono era amable, aunque parecía no querer serlo— ¿Sr. Williams?

—No gracias. No quiero leer la biblia en frente de todos. 

—¿De verdad? Como vi que estaba manteniendo una fascinante charla con su hermano creí que tenía muchas ganas de hablar. 

—No tengo ganas de hablar, pero en casos como este no tengo opción.

—¿Casos como este? ¿A qué se refiere con eso? —preguntó.

—Yo no quería venir a este lugar. Lo único que hacen aquí es alabar a un dios inexistente, igualando al dios Baphomet con el diablo, ¡y no es el diablo! 

—¡Ansel Williams! —grito mi mamá, sorprendida— Será mejor que te disculpes con el cura Manuel, el no tiene la culpa de que tu tengas distintos pensamientos. 

—No te preocupes,  Shanet. Es evidente que Ansel esta en negación, hay que dejar que abra sus ojos y entienda que dios todo poderoso siempre va a estar con el, aceptándolo y amándolo. Amén.

—¡Por favor! —dije con disgusto— ¡Esto es estúpido!

Will se había tentado al salir de la Iglesia, ya que mamá me dio un sermón en medio de la calle, justo al frente de la chica rubia, mencionada anteriormente. Desde ese fatídico día, no volví a ir a la Iglesia. Gracias a Merlín que mi familia se dio cuenta de que era lo mejor para mi, y para su reputación. Me alegraba mucho no tener que escuchar las molestas palabras del cura Manuel. 

Ahora, cuando se iban a la Iglesia de Derry, yo me quedaba a cargo de la casa. Estar solo, tirado en la cama, y leyendo historias de suspenso, era lo mejor del mundo. Para otros chicos de mi edad no era lo mejor pasar el rato leyendo, pero para mi era un sentimiento etéreo.