INFIEL

Todo era como lo había imaginado, exactamente igual que las pesadilla que le avisaban por las noches sobre esto. Pero tenía que hacerlo.

La culpa aumentaba su peso con cada abrazo, beso, caricia y estocada que recibia de él.

Y ahora mismo sentía todo el peso caer sobre ella de un solo golpe. Quizo apartar la mirada cuando la pobre víctima de sus acciones la miró con cara de shock.

Odio, trizteza, dolor. Todo en cuestión de segundos, escuchaba atentamente cada palabra que está le decía mientras tenía una mirada trizte, pero sin arrepentimiento. Una mirada de lástima.

Lo esperaba, cuando alzó su mano esperaba con antelación recibir la cachetada... No espero que el estuviera aquí para protegerla, aun que debió verlo venir.

-Izuku—dijo la castaña mirando con incredulidad al chico quien recibió la bofetada en su pecho debido a la diferencia de altura que tenía en realidad el golpe.

-Si quieres golpear a alguien, que sea a mi. Pero no dejare que la ataques a ella.

Ella iba a decir algo, pero se quedó callada al ver como con voz entre cortada trató de hablar la chica del corazón roto.

-¿Entonces es verdad? ¿Todo lo que dijo ella es verdad? ¡¿Algo de lo que pasamos por lo menos significó algo para ti?! —dijo con rabia mientras sus lágrimas corrían libremente por sus mejillas.

-Yo, lo siento, lamento mucho hacerte sentir esto. Jamás quería dañarte. Eres alguien muy especial para mí, pero no de la misma forma en la que yo soy así.

Hubo unos segundos de silencio hasta que, con voz quebrada volvió hablar.

-Tu alguna vez... Llegaste amarme.

-yo...—suspiró— No, lo siento.

Salió corriendo, ¿que mas podía hacer? Ya no lo soporto más, ya no pudo aguantar mas. Solo quería llorar.

El chico solo vio como ella se iba corriendo. ¿Que podría hacer? ¿Gritarle y pedirle que lo esperara? Con que cara lo haría.

Miró atrás de él, ella estaba ahí con la mirada hacia el piso, sus rizos no dejaban verle los ojos. Un trueno resonó alertando junto con unas leves gotas la llegada de la tormenta que había sido pronosticada un día antes.

-¿Estas bien?—preguntó el con obvia precaucion. Ella solo asintió sin levantar la mirada, el no presionó, sabía cómo se sentía—Volvamos a casa.

Ella solo volvió asentir.

Minutos después

Abrió la puerta del departamento entrando el por delante. Mientras levemente tiraba de la mano de ella para que esta entrará, después cerró la puerta.

-Voy a bañarme—aún sin alzar la mirada ella camino sin ningún cuidado de no empapar el piso.

-Está bien—dijo el mirándola con preocupación, sabía que tenía que hablar ahora mismo con ella. Pero antes tenía que hacer algo importante.

En cuánto escucho el sonido del agua llenando la tina el se dirigió a su dormitorio, quería salir al balcón pero la lluvia no le permitio hacer eso. Debía de poner un techo ahí.

-Hola—dijo el en cuanto contestaron su llamada.

-Ya está aquí y si, ella está muy mal, por si tenías la estupidez de preguntar el como esta.

Izuku trago saliva al escuchar al señor Uraraka.

-No digas que no te lo advertí. Se que ella también tiene parte la culpa, mas sin embargo.

-Ella no lo sabía—completo la oración Izuku—yo nisiquiera se que decir, se que un lo siento no será suficiente. Pero aún así.

-Escucha, yo soy el padre de ella y se supone que no debería de decir esto, pero... Hiciste lo correcto, deteniste esto antes de que pasara a un escenario peor. Solo en eso estuviste bien, solo te pido que ya no trates nada. No le veo ninguna necesidad a seguir molestando.

-Si, yo... Lo entiendo. Y se que no sirve de nada, pero, lo siento.

-Aja—dijo el señor para después colgar la llamada.

Izuku se sentó en su cama con sus manos en su rostro.

Vamos con el siguiente problema.

Se acercó a su armario y busco una playera blanca, unos boxer y su clásico pans que ella usaba cuando hacía bastante frío.

Se acercó al baño y abrió la puerta sin ninguno avisó y ahí estaba ella totalmente desnuda mientras que con una mirada trizte lo miró.

-Te traje tu ropa—dijo poniendo la ropa limpia sobre el lavabo.

-Gracias, crees que podrias—ella señaló a la puerta dándole a entender al chico lo que quería, pero él no hizo lo que ella quería.

El se comenzó acercar a ella.

-Izuku, por favor necesito privacidad—dio otro paso hacia atrás y el otro hacia adelante—No me siento bien Izuku, por favor—un paso mas por parte de el—por favor alejate—la abrazo—¡Vete! ¡Vete de aquí Izuku! ¡Dejame en paz, yo no necesito esto. Tu no me necesitas a mi!¡Soy de lo peor, soy una terrible amiga soy una persona horrible! ¡Nunca debí de aceptar tu invitación nunca debí... Nunca debí... —las lágrimas porfin salieron.

-Shh, ya todo está bien. Desahogate

Ella solo se dejó soltar, dio un lamento enorme mientras lloraba desconsoladamente-Lo siento, lo siento mucho —dijo ella mientras con más fuerza lo abrazaba hundiendo más su rostro en su pecho.

-Yo estoy aquí, solo para ti.

Mina siguió llorando por otros minutos más, siendo consolada por Midoriya.

Caundo porfin terminó de llorar observó a Izuku a los ojos y ambos se dieron un beso en los labios.

-Te amo—dijo el.

-Yo también —dijo ella.

-Vamos, hay que salir antes de que te resfries. ¿Quieres cenar?

-No, además falta que te bañes tu.

-Por su puesto, en lo que te cambias yo haré una llamada.

-Esta bien—le dio otro corto beso en los labios.

Izuku salió del baño para hacer su llamada.

En esa fría y emocional noche ambos durmieron abrazados y porfin pudieron descansar sólo pensando.

¿Qué pasará mañana?

Mientras tanto.

-Ya veo, realmente es muy triste. Si, esta bien. Hablamos mañana—dijo Todoroki regresando a su cama colgando la llamada.

-¿Ocurrió algo? —preguntó Momo viendo a su novio volver.

-Nada importante, ya vamos a dormir.

-Claro, estoy muy cansada—dijo ella poniendo su libro en su mesita de noche apagando la luz de la lámpara de su lado.

-También yo—dijo el apagando la luz de la lámpara de su lado.

Ambos se dispusieron a dormir.

-Por cierto Midoriya tenía engañando a Uraraka con Ashido desde hace tres meses y hoy mismo Uraraka se enteró.

Momo abrió los ojos como platos—¡¿como?!

-Buenas noches

Fin del capítulo.

Espero que les habrá gustado, hoy no me gano la flojera y decidí escribir esto que tiene semanas en mi mente. Espero que lo disfruten tanto como yo al escribirlo. Nos vemos luego hermanos.
Los quiero mucho