Noche de verano, mi momento favorito, ese en el que estás sentada en sillas de puro plástico junto con tus vecinas o familiares a los que sí, quizás no tengas una buena relación, pero esa noche, esa maldita noche de verano, hace que todo lo demás se vaya.
Hace que sienta un soplo de aire fresco escaparse de tus pulmones hasta lo más superficial de tu boca, tu corazón se acelera, las estrellas brillan y tu cuerpo se congela por unos instantes.
Esos momentos me hacen preguntarme, ¿Qué tan bella puede ser la vida? Pero, ¿Qué tal triste es vivirla? Si, las típicas preguntas shakespearianas, esas mismas, en las que sientes que estás siendo dulcemente intenso, pero a la vez se siente tan bien que en tu mente, todo así se escuche.
La melancolía es sin duda el sentimiento que considero más puro, más bonito y satisfactorio, por encima de todo.
Y es tan curioso que una simple noche de verano me produzca ese tan dulce y triste sentimiento.
Me siento viva, me siento libre, me siento capaz de desencadenarme.
Me siento capaz de todo, y de poder con todos, incluida yo misma, amo demasiado ese sentimiento, nunca se priven de él, es literalmente volver a los momentos más intensos de tu vida y verlos pasar, como si nada, hay es cuando me doy cuenta de que tan pequeña soy, y que tan insignificante somos todos.
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Bestias De Bonitas Palabras
Thơ ca𝓑𝓮𝓼𝓽𝓲𝓪𝓼 𝓺𝓾𝓮 𝓪𝓽𝓸𝓻𝓶𝓮𝓷𝓽𝓪𝓷 𝓶𝓲 𝓪𝓵𝓶𝓪 𝔂 𝓶𝓲 𝓶𝓮𝓷𝓽𝓮, 𝓫𝓮𝓼𝓽𝓲𝓪𝓼 𝓽𝓪𝓷 𝓭𝓮𝓼𝓬𝓸𝓷𝓸𝓬𝓲𝓭𝓪𝓼 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝔂𝓸 𝓶𝓲𝓼𝓶𝓸. "🦴"