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Es una linda mañana, el sol siendo tapado por algunas nubes, corriendo un suave aire meciendo las hojas de los árboles. Se escucha el cantar de los pájaros, el sonido de motores de carros, de personas hablando, dando entender el inicio de las actividades diarias. Todo es muy tranquilo, de no ser por el desastre que tiene un joven rubio en su pequeño departamento.

—¡No escuché la alarma-dattebayo!—

Resulta que nuestro rubio se quedó dormido, con la excusa de no haber escuchado la alarma, siendo esto una mentira, pues la escuchó perfectamente pero solo la apagó.

Naruto está yendo de un lado para otro, mientras se peinaba hizo su gran desayuno: ramen instantáneo. Después de eso, se lavó los dientes mientras preparaba su mochila, algo que tuvo que hacer en la noche pero se le olvidó.

Salió corriendo de su departamento, pero antes de cerrar la puerta, recordó algo muy importante.

'—¡Me olvidé de darle comida a Kurama!—' Pensó.

Así que entró al departamento para buscar la comida para perros de su querida mascota, observó cómo el can -con un gran parecido a un zorro- se le quedó viendo, se le notaba enojado.

—Ni me mires así, estoy muy apurado.— Le dijo algo agotado.

Después de dejarle la comida a Kurama, pudo salir desesperadamente de su hogar, le quedaban 10 minutos para llegar a la escuela, tenía suerte de que estuviera algo cerca de su casa.

Ya medio camino corriendo como loco, se dio cuenta de algo, hoy es jueves.

'—¡La primera clase es con Kakashi!—' Pensó entre molesto y feliz. Todos sabemos que este maestro es conocido por tener la costumbre de no llegar temprano a sus clases.

Así que, tranquilizándose, sigue su camino yendo a paso no tan rápido.

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Un relajo, eso es lo que había en su salón. Chicos gritando, corriendo, empujándose, tirando papeles, junto con una que otra chica. Las chicas restantes se encontraban en una esquina, probablemente contando sobre los chismes de la semana.

Naruto se dirigió al mesabanco cercano a su grupito de amigos, que al darse cuenta de su presencia empiezan a hablarle.

—¿Por qué tan tarde?— Pregunta una pelirosa.

—¡Naruto! ¡Tenías que haber llegado antes! ¡Te perdiste todo el show! ¡Jajajajaja!— Dice el de marcas rojas en sus mejillas.

—Ay, no escuché la alarma. ¡Pero cuéntame qué pasó!—

La primera hora del jueves, clase de ética con el profesor Kakashi. O en otras palabras, hora libre. En realidad son dos horas de su clase, pero llegaría hasta la segunda hora, y lo más probable es que los deje salir temprano.

Sakura, Kiba, Hinata, Shikamaru y Chōji, ellos son el grupo de amigos de Naruto, aunque él se lleva muy bien con todos. A excepción de cierto pelinegro, Sasuke Uchiha.

Lo conoce desde secundaria, recuerda que siempre le ha caído mal, no soporta su actitud y que se crea el mejor en todo.

A pesar de que Naruto no tenga las mejores calificaciones, hay que destacar su habilidad en los deportes, misma con la que rivaliza con Sasuke.

Mientras, el pelinegro estaba usando su celular, tratando de ignorar a los animales que tenía por compañeros.

Sasuke es alguien muy serio, al punto de casi no hablar, por lo general solo usa monosílabos. A pesar de que algunos piensan que su forma de ser es grosera, la gran mayoría de chicas están locas por él, y por más que él trate de alejarlas, parece que las atrae más.

Solo con una persona es capaz de decir más de dos palabras, con Naruto. Ni siquiera con sus amigos puede lograr eso. Y no es que quiera hablar con el Uzumaki, simplemente le sale natural el seguirle las discusiones. Porque sí, esas son sus "conversaciones" con el rubio.

Ellos piensan que son muy opuestos, jamás se llevarían bien. Pero, es posible que eso cambie, nunca pensaron que tendrían algo en común: esconder sus gustos por temor a las burlas.

𝙶𝚞𝚜𝚝𝚘𝚜 | SasuNaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora