Una Tardé De Locos

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Chile.

Me sentía bien por recibir ayuda de un país con el cuál está más que claro que no nos llevamos muy bien. Tan solo esperó que éste sea el primer paso para que logré perdonarme.

Al llegar al supermercado el Argentino busco un estacionamiento. Cuándo al fin lo encontró, bajamos y dejamos el auto en aquél lugar, para luego ingresar a este lugar.

Era un sitio que yo no había recorrido y me sentía un tanto incómodo.

Al entrar, recorrimos ciertas partes del gran edificio, avían todo tipo de cosas, tiendas características en muchos países de Europa y Latinoamérica, a cada lado que miraba me sorprendía, y tal parecía que cada ves que ocurría eso, el Argentino sonreía de una manera burlona.

Pásanos al supermercado para hacer las compras.

—BUENO! que vamos a comprar?, amigo mío– Pregunté al tiempo que fruncía el ceño.

—che, Vaja la voz!, Vamos a comprar comida boludo, y talvez unas yerbas para mi mate, se me está terminado– cuando dijo lo último miro hacia el suelo.

Solo reí levemente y tomé un carrito de supermercado.

—Alto hay! Manos hacía adelanté pendejos– ordenó una voz familiar para mí y el Argentino.

Cuándo hicimos aquello, México nos dió unas mascarilla y nos dió alcohol gel para decinfectarnos las manos.

—ahhh weón, avía olvidado está estúpida pandemia– me quejé ya con la mascarilla en la boca y con las manos desinfectadas.

—Tranquilo we, solo es asta que tú y tu novio vuelvan a casa– aclaro el mexicano.

—No soy su novio, y que haces trabajando aquí?– Dijo el Argentino un poco irritado.

—Pues no se, ósea la ONU me dejo aquí y aquí éstoy– contestó el tri color con una sonrisa. 

—Buena explicación. Bueno adiós México– dije para luego agarrar el brazo de Argentina y obligarlo a avanzar. 

Caminamos por un rato así asta que vi en medio de todos una góndola con mi bebida energética "Tula", lo Solté rápidamente, y tomé vuelo con el carrito del super para montarme en el, mientras esté estaba en movimiento.

—Cuidadooooooo!!– grité. Varios países que me vieron se hicieron de lado rápidamente, estaba a punto de llegar o más bien de chocar contra aquélla góndola, lo único que pude hacer fue lanzarme del carro para evitar problemas. 

Cuando el carrito chocó el impacto fue mínimo. Por otro lado yo me había golpeado fuertemente el brazo, no fue lo suficientemente grande como un hueso roto, pero si dejaría una gran marca.

Argentina llegó para ayudarme a levantarme del suelo, claro sin antes regañarme por la manera en que me comporte. 

—Boludo, ¿Que haces?, Pudiste haberte lastimado !– se quejó el Argentino con su típica mirada sería y distante.

—pero weón, si no fue para tanto– contesté para luego rechazar su ayuda y levantarme del suelo por mi cuenta.

Me Acerqué a la góndola y tome unas cuantas latas de mi bebida energética.

El resto de la tarde fue aburrida. Cuándo acabamos las compras salimos del lugar y nos fuimos a casa, sin antes pagar todo como es debido. 

Al llegar a casa. Argentina me mostró el cuarto en el que yo dormiría, no era muy grande ya que era el de invitados, pero para mí era perfecto. Dejé mi mochila con mi ropa en el armario y la otra con la que salí, la dejé tirada en la cama.

Me lance a la cama para pensar un rato, estaba agotado.

—Boludo, baja que la cena se enfría!– Cristo el argentino desde el comedor.

—Ya Voy Weón!!– contesté.

Me quedé unos segundos más en la cama, para luego levantarme e ir a cenar. Cuándo llegue al comedor este me invitó a tomar asiento, para empezar a comer de una vez.

—Oye w- Arge, que te parece si acompañamos el pollo, con un rico vino chileno– comenté mientras que el argentino me miraba con seriedad.

—mm... Supongo que no es mala idea– contestó.

Eso me bastó para poder levantarme e ir por el vino. Cuando volví, lo abrí con el saca corchos para luego cervirlo en las copas.

[...]

La cena avía sido maravillosa, la verdad avía quedado satisfecho. 

Me encontraba en el cuarto de huéspedes para cambiarme de ropa a mi pijama, tenía frió. Me puse mi pijama de dinosaurio, abeses me gustaba wevear con ese pijama.

Cuándo ya tenía puesto ese pijama de dinosaurio, decidí ir a joder a Argentina. Este se encontraba en su habitación haciendo quien sabe que cosas oscuras e indebidas. Subi las escaleras asta su habitación y me quedé frente a la puerta unos segundos... Abrí la puerta de golpe y me encontré con una habitación bastante cálida. Apesar de que sea de noche y solo tenga la luz de una lámpara en su habitación, podía distinguir ese cálido y acogedor color amarillo pastel, en las paredes de su cuarto.

Me quedé en silencio mientras exploraba con la mirada aquella habitación. Caminé asta lo qué parecía ser un escrito, me fijé en las cosas que se encontraban sobre éste. Avían muchos papeles y libros, parecía que tenía bastantes problemas en sus regiones, casi la mayoría de papeles se trataban de la pandemia y de cómo se an llevado a cabo las medidas de seguridad. 

—Vaya Arge, no te ves tan mal con todo lo que está ocurriendo– me dije mi mismo, jurando que me encontraba solo en esa habitación.

—che, debería de verme echó un desastre?– Se le escuchó preguntar, al argentino.

Me voltee sobre saltado. Lo miré y este solo tenía una toalla que lo cubría de la cintura para abajo, lo demás estaba al desnudó.

Mis vista recorría cada lugar de su cuerpo, que fuera capaz de ver en ese momento.

—Se que soy irresistible boludo, pero no es para que me veas de esa manera– comentó el argentino, rompiendo el silencio que se avía formado entre ambos países.

—De que hablai' weón!, Yo no soy maricon– contesté mientras me cruzaba de brazos e intentaba mirar hacia otro lado.

—No lo niegues pequeño traidor– dijo para luego hasercarce a mí.

Con tan solo escuchar la palabra traidor, miles de recuerdos oscuros volvían a mi. Siempre me encontraba en ese momento antes de darle un último vistazo, a un argentino arrodillado y con miles de lágrimas siendo derramadas por perder a sus amadas Malvinas.

Lo aparté y quise salir rápido de aquella habitación, pero su agarré me detuvo.

—Disime que te sucedió, es por lo que dije?, Por como te llamé?– Pregunto el argentino confundido.

—Cada ves que me llamas de aquella espantosa y irritante manera... Te recuerdo a tí... Sollozando y sufriendo por averlas perdido... Recuerdo la mirada aterradora de UK al lograr lo que quería– suspiré– lo ciento... Buenas noches Arge– dije para finalmente irme de aquella habitación.








Omg, que sucederá con Argentina?

Esta escritora recibirá malos comentarios? (Sí)

Creo que debo aprender a usar el asentó Argentino? (Definitivamente)

Hay palabras mal escritas? (claro que sí)


  

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2021 ⏰

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Eternamente Te odió/ Pdt: I Love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora