única parte.

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Wookjin tenía un secreto.

No era algo desconocido el hecho de que poseía una buena relación con Jisung. Love, como lo conocían sus fans. Hyung, como le decía él.

Jisung era una de las personas que más lo había ayudado cuando estaba sumido en la tristeza. En sus primeros días como trainee, separado de su Busan a una corta edad, Wookjin se sentía como la definición humana de la soledad. Había dejado amigos y familia, su barrio y su hogar, todo para perseguir su sueño de ser un artista.

Al principio fue duro, muy duro. Había entrado a una empresa prácticamente desconocida bajo el ojo público, sin antecedentes de haber debutado a algún grupo de chicos. Era como saltar al agua sin conocer la profundidad del océano: atemorizante, hasta el punto de dejarte paralizado.

Bueno, digamos que Jisung fue una especie de salvavidas. La primera vez que lo conoció sintió esa vibrante aura de liderazgo y seguridad que desprendía con apenas unos pocos minutos de charla. Jisung era una persona madura, pero no había dejado de lado sus gestos aniñados e infantiles. Es por eso que Wookjin se sentía bien en su compañía; podía ser él mismo sin ser juzgado, sin sacrificar su esencia.

Pero, de nuevo, él tenía un secreto. Y no sabía si sería muy bien recibido. Más bien, tenía miedo de cambiar su relación con su hyung, y para mal.

Ese día era viernes. Habían pasado cuatro horas desde que hicieron la primera pasada de "libidO", su próximo comeback. Estaba exhausto, pero era excitante, el vivir en carne propia la emoción de hacer algo nuevo.

-Creo que lo podemos llamar un día productivo -dijo Jisung, medio agitado por la intensa actividad física. Mientras tanto, tomó su botella de agua y bebió un sorbo-. Muy buen trabajo, chicos. Bañense y nos vemos para cenar.

Los chicos estallaron en pequeños vítores cansados. Uno por uno fue tomando sus respectivas pertenencias y, con pasos arrastrados, cruzaron la puerta de la sala de práctica.

Sungho fue el último en levantarse del suelo.

-¿Se quedarán para seguir practicando? -preguntó el castaño, pasando una toalla de mano por su frente perlada por el sudor. Wookjin levantó la cabeza de su celular, ensimismado con la grabación de la última pasada.

Había algo que no le convencía. Algo que estaba fuera de tono, que no concordaba con el resto de la coreo. Solo necesitaba reconocer qué era...

-Sí -afirmó una voz que reconoció como Jisung. Dirigió su atención hacia el sonido. Su hyung se había dejado desparramarse contra el suelo, con las manos apoyadas y la cabeza colgando hacia atrás. A Wookjin se le saltó un latido ante la vista-. Necesito ultimar algunas cosas. No te preocupes, Sungho-ah, no son tus partes.

Sungho se encontraba especialmente concentrado esos días, debido a su participación en la coreografía nueva. Por decirlo de otra manera, a pesar de su personalidad tranquila, Sungho exudaba estrés y se preocupaba mucho por la opinión de los miembros con respecto a sus contribuciones. Estaba siempre dispuesto a ayudar, aún si significaba sacrificar un poco de su tiempo libre para descansar.

-Está bien. Suerte -habló Sungho en su característico tono suave-. No se esfuercen de más. Nos vemos más tarde -dijo esto con una pequeña sonrisa y, detrás de sí, cerró la puerta de la sala de práctica.

La habitación quedó en silencio por unos segundos, solo con el eco de la grabación sonando por los parlantes del celular de Wookjin. Cuando el video terminó, el más pequeño del grupo se levantó y caminó hacia donde estaba Jisung. Extendió una mano hacia él, en señal implícita para ayudarlo a levantarse. Su hyung lo miró sobre sus pestañas y, exhalando levemente, aceptó la mano para impulsarse hacia arriba.

i just wanna tOuch yOu (and release yOur libidO) • WooksungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora