Mi ángel guardián.

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--Mi pequeño, resiste. Mamá esta aquí.-- 



Eran las palabras que una desesperada mujer peli verde mencionaba a su pequeño niño de cinco años.

--Tiene que permanecer fuera, señora.-- Fue detenida por una enfermera que le pidió que abandonara la habitación del hospital mientras atendían al niño. 

--Pero no puedo dejarlo solo.-- Se resistía a abandonarlo. 

--Por favor, señora, el pequeño necesita ser atendido rápido.-- Logro convencer a la mujer de salir, cerrando la puerta nuevamente.

 Midoriya Izuku es el nombre de su hijo, quien desde que nació tuvo problemas con el desarrollo de órganos importantes debido a un accidente que sufrió su progenitora a los pocos meses de embarazo. Y ella vivía culpándose por eso. 

--Todo es mi culpa. Debía tener cuidado como me lo especificaron.-- Lamentaba que la vida de su hijo corriera peligro por un descuido. 

Como era costumbre para la mujer, comenzaba a llorar mientras se dirigía a la sala de espera. Era lo único que podía hacer en ese momento. 

Tras varios minutos de espera que para ella fueron horas. Por fin se acerco un medico. 

--Doctor, ¿Cómo se encuentra mi hijo.?.--  Se levantaba de su sitio y se acercaba al más alto. 

-- Se encuentra mejor, pero hay algo que me preocupa.-- Su rostro serió mostraba que algo no andaba bien. 

-- ¿Qué es lo que pasa.? Creí que estaba mejor.-- 

--Eso parecía, pero mientras lo atendíamos mis colegas y yo pudimos percatarnos de que no esta respirando correctamente.-- 

-- ¿Y es grave.?-- Con lagrimas nuevamente en los ojos preguntaba preocupada.

--No podemos asegurarlo, podría ser a causa de la agitación. Aunque no debemos dejarlo pasar, solicitamos unos estudios que podrían estar listos en un par de horas.-- 

--Le juro que no se que paso, nos encontrábamos caminando por el parque cuando tuvo la recaída. Estuve siguiendo las recomendaciones al pie de la letra. -- Era un mar de lagrimas. 

--No se preocupe, muchas veces suele pasar. Pero debemos mantenerlo vigilado por si se repite. -- Comenzaba a retirarse cuando la voz de la peli verde lo detuvo.

--¿Puedo verlo.?-- Limpiaba sus lagrimas con un pequeño pañuelo. 

--Claro, debe estar preguntando por usted.-- Se retiro sin mencionar más.

--¡Gracias!-- Y sin pensarlo dos veces salió rumbo a la habitación del menor. 

Deteniéndose antes de abrir la puerta para eliminar todo rastro de tristeza en su rostro y no preocupar al pecoso que aguardaba por ella. 

Llevándose una sorpresa cuando entro.

El menor estaba dormido, parecía tranquilo. Pero el medico tenía razón, algo en su forma de respirar no estaba bien. Debía mantener la calma hasta que los estudios revelaran la verdadera razón del problema.

Se sentó a un lado de la cama y tomo la mano de su hijo.

Tan frágil, pequeña, suave y... fría.

La acaricio suavemente para evitar despertarlo. El contrario solo pudo mostrar una pequeña sonrisa entre sueños, señal de que disfrutaba el tacto de su madre. 

Mi ángel guardián [Katsudeku] [One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora