τнє ѕмιℓє нαѕ ℓєƒτ γουя єγєѕ (κοοκмιи)

Capítulo 3

3 de Septiembre del 2016.
MBC 200th Show Champion, Manila.

Todos se habían levantado algo temprano, ya que debían de ir al "Mall Of Asia Arena" (lugar en donde sería el evento) para hacer los ensayos finales, otros artistas también estarían ahí esperando por su turno para prácticar.

Salieron del hotel a eso de las nueve de la mañana, la mayoría de los chicos estaban extrañados al ver muchos más guardaespaldas de los que tenían cuando llegaron al aeropuerto ayer, sin embargo, no le tomaron demasiada importancia y continuaron su camino hacia los autos. Y otra vez, Jimin y Jungkook no iban en el mismo vehículo y tampoco cruzaban palabra, Namjoon decidió que esa misma noche después del show hablaría con ellos seriamente.

Jimin iba junto a Hoseok y Yoongi en la parte trasera del carro, ambos chicos aún seguían adormilados y por ello iban en total calma y silencio. El rubio, en cambio, estaba más atento a todo que nunca, tenía un tic en su pierna izquierda y no paraba de ver su celular a cada instante, como si estuviera esperando alguna llamada o mensaje. Y finalmente, minutos después, el sonido de una notificación se escuchó.

Con manos temblorosas abrió el mensaje y al leerlo soltó un suspiró de alivio, ya podía estar seguro de que nada ocurriría. Todo había sido una falsa alarma, igual que las veces anteriores.

Lo que no sabía es que quien le pasó la información que tanto necesitaba, esta vez ya no estaba de su lado... Había tanto de por medio.

La envidia, la avaricia y la soberbia son sentimientos tan destructivos que convierten a aquel que los aloja en su alma en alguien vacío que solo logra ver el mundo con ira. El pensamiento de venganza es lo único arraigado en su mente, iniciando con simples deseos de ver en miseria a otros, pero cuando ese ser pérdido en la parte oscura de su persona deja que todos sus demonios internos la consuman totalmente, convierte aquellos deseos en hechos, en realidad. Y es así como empieza a destruir a otros de forma lenta, dolorosa y cruel.

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La luna está lista para vestirse de rojo sangre y el cielo desde ya deja caer sus primeras lágrimas. La tragedia se acerca con cada segundo que marca el reloj...

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Jungkook estaba con sus auriculares puestos y los ojos cerrados fingiendo dormir en el asiento trasero, a su lado iba Namjoon, quien no le quitaba la vista de encima tratando de descifrar cada uno de sus pensamientos.

El maknae traía unas oscuras ojeras, las cuales estaban ocultas gracias al maquillaje. Desde la pelea con Jimin no había logrado conciliar el sueño, muchos sentimientos lo abrumaban, pero el más sobresaliente de todos era la culpa por haber dicho aquellas palabras...

"Si tanto miedo tienes es mejor que terminemos".

De solo recordar la mirada tan destrozada que Jimin le dio se le revolvía el estómago, se sentía el mayor imbécil del planeta por haber presionado de esa forma al rubio, cuando muy en su interior el guardaba el mismo miedo de que todo se viniera abajo si lo que tenían se revelaba ante el mundo. Pero él también deseaba que pudieran ser libres. Además, tampoco lograba entender del todo el porqué Jimin no quería que se lo contaran a los miembros, él estaba seguro que los chicos jamás los juzgarían o harían algo para dañarlos, eran sus hermanos de otra madre y confiaba plenamente en ellos. La confusión, la culpa, el dolor y el sentimiento de soledad lo estaban consumiendo lentamente.

ㅡSé que no estás escuchando música y que tampoco duermes. No tengo idea de qué ocurre entre Jimin y tú, o tal vez lo sospecho, pero no quiero sacar conclusiones sin que ustedes hablen conmigo primero. De lo que sí estoy seguro es que ninguno de los dos puede vivir sin el otro, así que espero que logren solucionar lo que sea que haya pasado y no caminen por allí como muertos en vida. Jungkook-ah ㅡel castaño finalmente abrió los ojos y vio directamente a su líder, quien le sonrió y revolvió su cabelloㅡ, no permitas que el orgullo se interponga para expresar lo que sientes. Jimin es quien suele dejar todo de lado y dar el primer paso, pero no siempre debe ser así. Esta vez te toca a ti.