Tommy

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Wilbur suspiró cansadamente al darse cuenta de que los pasos tras él se habían alejado de nuevo. Resistiendo las ganas enredar los dedos en su cabello y tirar de él, Wilbur pasó una mano por su rostro y se dio media vuelta para mirar a su hermano, notando que él había retrasado su marcha lo suficiente para poner unos cuantos metros entre ellos.

"Tommy, camina." Ordenó Wilbur, deteniéndose para que el muchacho le alcanzara. Tommy le miró, deteniéndose también. El mayor volvió a suspirar, cerrando sus ojos y pasó nuevamente una mano sobre su rostro. Estaba molesto, y eso sería decir poco, después que su hermanito decidiera que sus palabras, "Tommy, no vayas a esa fiesta" eran fáciles de ignorar y sería más interesante escaparse para hacer justamente eso. "Te juro que si vuelves a desobedecer..."

"Esto es ridículo," descubrió sus ojos al oír la voz de Tommy, y le encontró viéndole con una expresión de profundo fastidio, con los brazos cruzados sobre su pecho. Ahora mismo, Wilbur se sentía al borde de un ataque de nervios, habiendo tenido que salir a buscarle a mitad de la noche tras notar su ausencia en casa. "Tú mismo eres quien me dice que debo salir."

"Pero no te digo que escapes a media noche para ir a una fiesta con gente que ni siquiera conoces." Exclamó levantando gradualmente su voz ante el enojo que despertaba cada vez más al ver la mirada que le dedicaba su hermano. "¿Sabes qué? Estás castigado. No saldrás más que a la escuela hasta que yo lo diga. ¿Oíste?"

Tommy resopló, rodando los ojos y emitió un bufido. "Como si tú pudieras hacer eso, tú eres mi estúpido hermano, no puedes castigarme."

El mayor le miró de reojo. "Oh créeme mocoso, Phil se encargará de darte un buen castigo. Olvídate de volver a salir por los próximos cincuenta años."

Ambos sabían que eso era una exageración, su padre no era exactamente la persona más estricta. Pero cuando se enojaba, oh boy, era una escena que no querías ver. Tommy sintió un escalofrío recorrerle cuando recordó las (pocas) veces que le había visto reprender a sus hermanos mayores.

"Eres insufrible. De verdad actúas como un demente." Respondió Tommy. "Ya sé que solo estás celoso."

Wilbur alzó una ceja ante la acusación. "¿Celoso?"

Tommy solo le observó con un aire burlón en su semblante, el cual se confirmó cuando Wilbur lo vio luchar contra una sonrisa. Inhaló profundamente, comenzando a exasperarse ante el comportamiento infantil del muchacho.

"Vámonos a casa, Techno debe estar preocupado." Sentenció con impaciencia, limitándose a volverse hacia el frente y comenzar a caminar de nuevo. Su hermano mayor también había notado la ausencia del menor, Wilbur pidiéndole que no dijera nada a su padre. Aún. "Además, tengo que trabajar mañana, y tú tienes escuela."

Wilbur le oyó musitar algo entre dientes pero decidió ignorar sus posibles protestas y avanzó unos cuantos metros más, antes de frenar en seco, sintiendo una repentina ira comenzar a crecer en él.

Miró al chico, quien no se había movido de su posición anterior e inhalando con fuerza, regresó rápidamente sobre sus pasos para plantarse firmemente frente a él.

"Tommy, camina." Enfatizó Wilbur, mirándole desde los cuantos centímetros que le hacían el más alto. Las calles desiertas, apenas iluminadas por las lámparas a lo largo de las carreteras era lo que menos preocupaba a los hermanos, mientras un tenso silencio se establecía entre ellos, junto con un concurso de miradas fijas. "Tommy, vámonos a..."

"No." Replicó desafiante.

Wilbur parpadeó perplejo frente a la respuesta.

"... ¿No?" Levantó lentamente su mano y tomó el brazo del adolescente, listo para llevarle a rastras hasta casa. "¿Cómo que "no", pequeño-"

Mi hermano - Wilbur y TommyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora