Capítulo 1

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Era mi primer día de trabajo, entré en la comisaría de policía donde apenas trabajaban cuatro agentes. Solo había tenido el "placer" de conocer al jefe.

La comisaría solo se reconocía por un cartel viejo que se situaba encima de la puerta. Si no fuese por aquel rótulo, ni siquiera hubiera encontrado yo sola el lugar.

Entré haciendo más ruido del previsto, ya que tal vez aquella puerta nunca había sido cambiada, ni le habían echado un poco de aceite. Claramente, con el ruido que hice, alerté al jefe de policía, el cual salió a saludar.

Buenos días Julia. ¿Todo bien con la mudanza? - preguntó el jefe de policía, del cual ni siquiera llegaba a recordar su nombre.


Hola señor, todo perfecto gracias. Aun me quedan algunas cajas que desempaquetar, aunque espero no tardar mucho en volver a casa. - contesté seria. Tanto él como yo sabíamos que estaba ahí porque no sabían dónde colocarme.


Sí... esperemos que vuelva a la gran ciudad. - comentó con tono de que a él tampoco le hacía gracia que alguien de la ciudad viniese a quitarle el caso, o entrometerse en los asuntos de su pueblo. – Como sabrá, el pasado mes de septiembre Lucas Pérez desapareció mientras jugaba al escondite con su madre, Zaira. Esta tuvo que coger el teléfono para atender a una llamada y perdió al niño de vista durante apenas cinco minutos. Fue lo suficiente para que Lucas se alejara y terminara perdiéndose en el monte. Como sabrá, está muy poblado de arbustos altos y rocas, además de pequeños terraplenes, donde si alguien cae, posiblemente muera. No hay ningún sospechoso, pues pensamos que fue el propio niño el que se condujo a su propia muerte.


¿A quién se ha interrogado?


Únicamente a los padres y a un par de vecinos. Aunque lo que dijo uno de ellos no consta en el informe. - contestó un poco avergonzado. - Ya sabe que es un pueblo un poco rústico. Aquí algunos siguen pensando que las brujas son reales y en especial esa familia. - le miré con cara de necesitar una explicación. - Mire, algunos ancianos afirman que los padres de Michael, el padre de Lucas, eran brujos que hacían pactos con el diablo. Les acusan de algunas muertes que hubieron en el pasado tanto de animales como de personas que no se llevaban muy bien con la familia. Pero son solo cosas de gente de pueblo, no hay que hacerles caso.


Pues yo quiero hablar con la persona a la que se interrogó. Me interesa saber qué tiene que decir sobre el caso. - dije mientras él me miraba totalmente perplejo. - Pero, antes quiero hablar con los padres.


Sin decir nada, el jefe de policía entró a su despacho. Me quedé ahí parada en la entrada de la comisaría, cuando entró el ayudante del jefe.

Buenos días, - me ofreció uno de los dos cafés que llevaba y lo agarré mientras le daba una sonrisa. - soy Diego. He oído hablar de ti. Eres la chica de la gran ciudad. ¿Qué tal por Tiramilla?


Bueno, el pueblo es más pequeño de lo que me imaginaba. Tampoco hay tanta gente como creía que habría, además de que todo el mundo me mira raro. Pero, supongo que bien, es lo malo de ser la nueva.


Nadie quiere que se indague sobre lo que le pasó a ese niño. Muchos piensan que se lo merecía. Además, yo sinceramente creo que ha sido alguien de aquí, un niño de esa edad no se adentra entre los árboles solo. Ni muchos adultos lo hacen solos. - Diego se quedó callado justo cuando su jefe salió con unos papeles y me los entregó. - Señor Martínez, buenos días. Comenzaré a hacer el papeleo, no se preocupe, puede ir a hacer la ronda usted, como siempre.

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2021 ⏰

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