Capítulo 2: El castigo

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Poco a poco se acercaba la hora de nuestro castigo y a cada segundo que pasaba más ganas me daban de mandarlo a tomar a paseo y dejar que Weasley que se hiciese cargo de limpiar solo, al fin y al cabo el que hizo la broma fue el, no yo, simplemente estaba en el sitio incorrecto y en el momento equivocado.

Pero eso de saltarse los castigos era cosa de mi hermano, no mía. Bueno, yo nunca he tenido un castigo, solo esta vez, pero puestos a que se me ha dado una tarea que hacer tendré que acabarla, al menos para dejar intacto el poco orgullo que me quedaba.

Ya me encontraba de camino hacia el aula de pociones, que asco, de todos los castigos posibles esto para mí era de lo menos apetecible, encima seguramente no nos dejarán usar varitas, vamos a tener que estar toda la noche limpiando...

Llegué al aula, puntual, como siempre, y me encontré a la profesora McGonagall esperando, a decir verdad al menos me alegraba que hubiese sido McGonagall quien se encargase de nuestro castigo, era estricta pero una buena profesora, a mi hermano le cae mal solo porque es de Gryffindor, porque bien que le llame el culo a Snape y a él no hay quien lo aguante. Unos cinco minutos más tarde, que será poco para algunos, pero ya me estaba empacientando, escuché unos pasos apresurados venir por el pasillo, giré mi cabeza y es cuando vi al indeseable Weasley.

McGonagall: llega cinco minutos tarde señor Weasley, casi llego a pensar que se iba a saltar el castigo... -dijo cuando ya estaba prácticamente a nuestro lado y respondió con una sonrisa.

Fred: ay venga McGonagall, ya sé que soy la pesadilla de los profes, pero yo nunca me he saltado un castigo, cuando me pillan claro... -esto último lo dijo en un susurro que yo sí llegué a escuchar

McGonagall: bueno, basta de chachara, seguidme. -dijo y le seguimos para entrar al aula de pociones- entregarme vuestras varitas. -ante esto extendió la mano y, aunque me supiera amargo, tuve que darle la varita, era raro no tenerla a mano, me sentía insegura. -ahora, son las 21:05, tenéis hasta las 23:00 para terminar de limpiar todo, hubieseis tenido dos horas exactas si el señor Weasley no hubiese llegado tarde. -dirigi una mirada enfadada hacia el pelirrojo, el cual me la devolvió con una sonrisa sarcástica. -teneis todos los productos en el pequeño armario al lado del escritorio, buena suerte. -dijo y salió del aula dejándonos solos.

Me dirigí al armario y me puse a sacar todos los productos de limpieza, si, acabaré mi tarea, pero no pienso dirigirle la palabra a Weasley, eso por seguro, de por sí esta situación era humillante, no voy a dejar que mi orgullo acabe peor de lo que ya está. Cuando me giré, Weasley ni siquiera estaba cogiendo algún producto para empezar a limpiar, estaba inspeccionando un armario con pociones ya realizadas y examinando cada bote.

_____: se puede saber que estás haciendo? -pregunté ya algo cabreada, en serio va a dejar que haga todo esto yo sola? Ni en broma.

Fred: métete en tus asuntos Malfoy, estoy rellenando el inventario. -dijo y procedió a meterse un pequeño frasco de algo en el bolsillo.

_____: estás robando! A Snape no le va a hacer gracia cuando se lo cuente... -dije con una pequeña sonrisa burlona, después de lo que me ha hecho no pienso dejar que se salga con la suya. Me

Fred: puede que no le haga gracia, pero nunca lo sabremos porque tú no vas a abrir la boca. -despues de ese frasco cerró el armario y se giró para mirarme con una mirada amenazante y con los brazos cruzados.

_____: y porque no lo haría? Es por tu culpa por la que estoy aquí, tengo mis razones para delatarte.

Fred: si, puede que las tengas, pero venga Malfoy... Al contrario que tu hermano, siempre has estado sola, relajada y con calma, acaso te apetece ser el blanco de nuestras burlas por el resto del año? -dijo y ahí fue cuando se me quitó la sonrisa de la cara, cuando a estos imbéciles les daba por gastar bromas a cierta persona, no es que fueran bromitas de nada que digamos, todavía me acuerdo del escorpión del zumo de calabaza de Draco... -bien, así me gusta. -se tomó mi silencio como una respuesta y procedió a sonreír victoriosamente, valiente cretino.

Después de un rato nos encontrábamos limpiando, al menos ha decidido cooperar, menos mal, eso sí, en pleno silencio. No nos habíamos dirigido la palabra desde aquella 'amenaza' y bueno, mejor para mí, no tenía ganas de seguir hablando solo para escuchar tonterías salir de su boca. Aunque los Weasleys eran unos estúpidos, debo admitirlo, tienen buenos genes. Puedo entender porque algunas chicas matarían por estar en mi lugar, es atractivo, si, pero un completo patán.

Ya quedaba poco para que terminase el castigo, pero eso no significaba que nosotros estuviésemos acabados, porque todavía nos quedaba un poco, bastante, y yo me estaba empezando a agobiar. En un momento, me subí a una pequeña escalera para limpiar la parte de arriba de un armario y, con la prisa, me resbalé y acabé cayéndome de culo al suelo causando un pequeño estruendo. Entonces escuché una carcajada incesante que provenía de mi molesto compañero.

_____: de que te ríes!? -grité molesta, mientras me apoyaba en un pupitre para levantarme torpemente.

Fred: ya ya, lo siento... Bueno, en realidad no, tendría que haberlo grabado, ha sido increíblemente estúpido. -dijo y procedió a seguir riéndose.

_____: imbécil... -me apoyé en la mesa para recuperarme del susto y de la humillación y seguimos limpiando, hasta que al fin llegó McGonagall y pudimos librarnos del dichoso castigo.

Saliendo del aula, el otro idiota Weasley se encontraba esperando a su hermano, por lo que tardó poco en separarse de mi lado e ir hacia su hermano, no sin antes decir...

Fred: hasta nunca Malfoy! -exclamó, sin si quiera girar la cabeza, y se marchó con su hermano.

Si tan solo supiera que esto no iba a ser, ni mucho menos, la última vez que nuestros destinos se encontrasen...

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2021 ⏰

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Red & Silver (Fred Weasley y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora