Capítulo 36: Los Caminos de la Vida

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Un Año Después

Las cosas cambiaron en Seúl luego del accidente de Yuta y la desaparición de Irene. El miedo era latente para los hermanos Manoban, sin embargo, sus vidas no pararon

Lisandro se había convertido en un magnate de los negocios, con ayuda de su hermana. Los Manoban ahora eran los más ricos de Seúl y eso los hizo famosos, ellos parecían en revistas y programas de entendimiento. Incluso Lisandro ahora era participe de un programa que enseñaba a chicos a bailar, claro está en Miami. Porque el chico iba a Seúl de vez en cuando, todo el cargo de la empresa se lo había dejado a Lalisa

Para la mayor de los Manoban, la situación era muy adversa, aunque ahora se sentía más libre y hacia lo que quería junto a sus amigos, el estrés de la empresa y el cuidado de su hermano no le afectaban en lo absoluto. Yuta estaba en estado vegetal desde el accidente, el pobre solo hablaba a duras penas gracias a la terapia, pero toda su vida había terminado ante de comenzar, aquello le dolía a sus hermanos mayores, pero no podían hacer nada. El chico había intentado suicidarse un par de veces, pero siempre llegaba alguien al rescate. Para los Manoban todo era muy adverso en cuanto a él, el pobre chico solo estaba en su cama acostado o en su silla de ruedas que se movía a base de su voz, nada era igual para ninguno

Cambiando de aires, Lisandro comenzó una relación con la madre de su hijo, y ahora no le hablaba a Jennie, incluso hacia hasta lo imposible para no toparse en la empresa cuando él estaba en Seúl. Lalisa y Jennie estaban en un vaivén, ellas no tenían una relación en sí. Se podría decir que eran amigas con beneficios, aunque dentro existían algo más que solo una atracción sexual

- ¡Estoy aburrida! – Lalisa tecleaba en la computadora – Necesito un descanso

- Tranquila, pronto lo tendrás – Jennie caminaba para acercarse a su espalda y hacerle un masaje – Ya mañana es sábado y podrás descansar

- Mañana iremos de picnic con los chicos, ¿Crees que descansaré? – Jennie le dejó un beso en el cuello – Si sigues haciendo eso no me haré responsable de lo que pueda suceder

- ¡Enserio! – Jennie se sentó en las piernas de Lalisa – Yo no quiero que te detengas

- Jennie, Jennie – la chica le acariciaba el pecho – Estamos en la oficina

- No importa, cerré con pestillo y nadie viene a este piso sin anunciarse. Solo tus amigos pueden pasar sin presentación – le besó el cuello – Por dios, déjate llevar hace tiempo que no estamos solas

- Lo sé, pero es que...- no pudo continuar cuando Jennie le empezó a abrir los botones de la camisa mientras dejaba besos en su cuello – Jennie

- Sé que te gusta esto – paso su lengua por todo el escote – Solo déjate llevar, pequeña

- Odio cuando me llamas pequeña – la alejó – Estamos en el trabajo, Jennie

- Eres una agua fiestas – Jennie se levantó – Mejor me largo

- Nini, espera – la sujeto del brazo – No quiero hacerlo aquí, aquí no

- ¿Por qué? – Jennie se cruzó de brazos

- Porque aquí lo hiciste con mi hermano – bajo el rostro

- Eres una tonta – Jennie se sentó de nuevo en sus piernas y la besó – Tú no eres Lisandro y si no quieres hacerlo aquí, bueno está bien – le dejo otro beso en los labios – Pero te diré algo, estoy tan caliente que no me importaría donde lo hiciéramos – le dice al oído

- Tú quieres matarme, ¿Acaso? – le sujeto los muslos

- Si, de placer – le dice cerca de sus labios – Estas jodidamente buena y no piensas darme el placer de estar contigo hoy

- Jennie, por favor – ambas se miraron a los ojos y Jennie sonrió

- Está bien, haré lo que me pides

Sin esperar nada, Jennie le besó el cuello, metió su mano debajo de la falda de la chica. Lalisa soltó un jadeo que fue callado por los labios de la castaña. Jennie poco a poco subía la falda dejando ver la ropa interior de la chica

- Jennie – la chica levantó la vista y ambas se miraron a los ojos – Deja de jugar

- Eres muy sumisa – se mordió el labio – Pensé que eras más salva...- Jennie se quedó a medias cuando Lalisa la tomo de las piernas y la subió a la mesa

- Te ves muy bien con esa falda corta – ahora ella le besaba el cuello – Estuve toda la mañana conteniéndome para no tomarte en cualquier lugar de esta empresa

- Deja de jugar y hazme tuya de una vez

Lalisa sonrió ladinamente y fue quitando los botones de la camisa de manera sensual. La castaña arqueo la espalda para darle más acceso a la chica. Lalisa besaba el cuello con tanta pasión que hacía estremecer a la chica

Con un ataque de ira y lujuria, Jennie le quitó la camisa completamente a Lalisa, solo para dejarla en sostenes, paso sus dedos por el cuello, pechos y estómago, haciéndolo como si fuera seda, con un tacto suave. Lalisa jadeo, pero no se quedó atrás y paso sus manos por los muslos de la chica, para después adentrarse un poco más entre la falda, Jennie soltó un gemido y agarro el cuello de Lalisa con violencia, se fundieron en un gran beso que fue el impulsor de que se quedarán sin ropa rápidamente

En los ojos de ambas se podía ver el placer, las sonrisas cómplices y las caricias también jugaban un plato fuerte. Lalisa y Jennie sentía algo más que solo una atracción, su relación era algo más que sexo. Con impaciencia Lalisa empujó todas las cosas que estaban encima del escritorio en el suelo para acostar a la chica completamente, bajo los besos por su cuerpo mientras la respiración de Jennie se aceleraba. Con una sonrisa paso su lengua por encima de su ropa interior y Jennie jadeo

- ¿Estás segura de que nunca te acostaste con una mujer? – Lalisa le sonrió y negó

- Tu eres la única mujer con la que he estado, Jen – dejo un beso en vientre para luego bajar la pequeña tanga – Eres la única y la última – dijo en un susurro para que Jennie no la oyera

Como si de un helado se tratara, Lalisa paso su lengua por su clítoris y Jennie soltó un gran gemido, aquel pequeño manojo de nervios estaba siendo atacado por la chica. El ambiente sexual que habían generado era desgarrador

Lo que ellas no sabían, era que alguien las miraba desde las cámaras de seguridad. La persona apretaba los puños con irá y se veía lo molesto que estaba

- Es hora de tomar cartas en el asunto – se levantó del asiento agarrando un arma – Ten todo listo. A llegado la hora

- Por fin – dijo agarrando su arma – Estuve esperando esto desde hace un año

En eso llegó otro hombre con Irene aferrada a su brazo

- ¿Qué harán? – pregunto mirando la computadora e hizo una mueca de asco

- Hacer lo que debimos hacer hace mucho – respondió el pelinegro – Y tú deberías volver

- Oh, claro que lo haré

Cuenta regresiva..... Faltan solo pocos capítulos y el libro termina 😔😔😔

La Señorita Kim (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora